La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un preocupante informe que revela un incremento significativo de casos de malaria en 2023. Con 263 millones de nuevos casos, supone un aumento de once millones respecto al año anterior, marcando el quinto año consecutivo de crecimiento. Los países más afectados incluyen Etiopía, Nigeria, República Democrática del Congo, Madagascar y Pakistán.
La situación es especialmente grave en África, que soporta el 95% de la carga mundial de la enfermedad. Anualmente, la malaria cobra la vida de aproximadamente 600.000 personas en todo el mundo, una cifra que está muy lejos del objetivo establecido de 5,5 muertes por cada 100.000 habitantes (actualmente es de 13,7).
Desafíos y resistencias en el control de la malaria, según la OMS
Uno de los principales retos en la lucha contra la malaria es la resistencia a los medicamentos. Cuatro países africanos han confirmado la presencia de resistencia parcial a la artemisinina, el tratamiento más eficaz contra el Plasmodium falciparum. Además, 55 países han notificado resistencia de los mosquitos a insecticidas.
La situación se complica con la aparición del mosquito ‘anopheles stephensi’ en ocho países africanos, una especie invasora que puede soportar altas temperaturas y es resistente a muchos insecticidas. A esto se suma que 41 países han registrado la presencia de parásitos con mutaciones genéticas que dificultan el diagnóstico.
Avances y esperanzas en la lucha contra la enfermedad
A pesar de los desafíos, existen motivos para el optimismo. 17 países han introducido la vacuna contra la malaria recomendada por la OMS en zonas seleccionadas, con resultados prometedores. En países como Kenia, Malaui y Ghana, la vacunación ha logrado reducir la mortalidad infantil en un 13%.
Los nuevos mosquiteros con piretroides-BOP están mostrando una mejor protección, con un aumento del 78% en las entregas a países de África subsahariana. Además, la quimioprevención estacional ha beneficiado a 53 millones de niños en 2023, un avance significativo desde los 200.000 tratados en 2012.
Sin embargo, la financiación sigue siendo un obstáculo importante. En 2023 se invirtieron aproximadamente 4.000 millones de dólares, muy por debajo del objetivo de 8.300 millones necesarios para un control efectivo de la enfermedad.
El cambio climático y los desplazamientos forzosos también impactan significativamente en la propagación de la malaria. Aproximadamente 80 millones de nuevos casos corresponden a personas desplazadas o refugiadas, que a menudo carecen de acceso a servicios básicos de prevención y tratamiento.