En muchos países, cruzar un semáforo en rojo puede acarrear una multa económica. Sin embargo, algunos gobiernos han decidido implementar castigos más inusuales para aquellos que infringen las normas de tráfico. En lugares como China, las autoridades no solo imponen sanciones monetarias, sino que también recurren a métodos poco convencionales para avergonzar a los infractores y hacerles pagar por sus acciones públicamente. En este artículo, te contamos cómo funciona este sistema en algunas ciudades chinas y el impacto que ha tenido en la sociedad.
1El castigo tradicional: multa económica
En España, cruzar un semáforo en rojo puede resultar en una multa de hasta 200 euros. La Dirección General de Tráfico (DGT) considera esta infracción como grave, ya que pone en riesgo tanto a los peatones como a los conductores. Las autoridades están comprometidas con la seguridad vial, y las sanciones económicas buscan disuadir a los infractores de poner en peligro sus vidas y las de los demás.
Sin embargo, en otros países, las multas no son la única forma de penalizar a los infractores. En algunos lugares, las autoridades han optado por castigos que afectan la privacidad y la reputación social de quienes cruzan un semáforo en rojo.