Catalina Hoffmann ha sido galardonada con el premio a la Innovación en los prestigiosos Premios Evoluciona, en una ceremonia celebrada el pasado sábado en el espacio Matadero de Madrid. En esta edición, en la que fueron nominados más 3.000 profesionales en ocho categorías y acumuló más de 13.000 votos, se destacó el trabajo pionero de Hoffmann en el ámbito de la estimulación cognitiva y el entrenamiento cerebral.
El jurado premió a la creadora del Método Neurofitness, su enfoque innovador para el cuidado del cerebro, y por su contribución al desarrollo de técnicas que potencian la neuroplasticidad y promueven el bienestar emocional.
Catalina Hoffmann, escritora, conferenciante y divulgadora, cuenta con una destacada trayectoria profesional. Es titulada del Programa de Desarrollo Directivo de IESE Business School de la Universidad de Navarra, diplomada en Terapia Ocupacional y galardonada con el Premio Princesa de Girona al Emprendedor del Año 2013. Además, ha sido reconocida en diversas ocasiones como una de las 25 mujeres más influyentes de España.
Los Premios Evoluciona tienen como objetivo destacar a los profesionales que, desde una perspectiva integral, contribuyen al bienestar de las personas a través de su trabajo y dedicación.
Catalina agradeció el galardón, destacando la importancia de entrenar nuestro cerebro. “A través del entrenamiento cerebral cuidamos la salud de nuestras neuronas, conectamos con nosotros mismos y aprendemos a gestionar mejor nuestras emociones. Todo eso tiene un impacto increíble en nuestra salud física y mental”.
Hoffmann lleva más de dos décadas estudiando el cerebro e investigando sobre el desarrollo cognitivo. Fruto de ese trabajo, creó el método Neurofitness, destinado al conocimiento, cuidado y entrenamiento del cerebro en todas las etapas de la vida. “En estos años he podido ver, de primera mano, cómo el interés por el cerebro ha crecido mucho. Cada vez son más personas las que entienden que hay muchos problemas físicos que están directamente relacionados con cuestiones emocionales y cognitivas, como el estrés o la dificultad para focalizar la atención”, detalla Catalina Hoffmann.
Para Catalina, el entrenamiento cerebral bien realizado debe trabajar tres pilares básicos. “Por un lado, se debe cuidar el cerebro a nivel orgánico, a través de una correcta hidratación y nutrición, una buena oxigenación con respiraciones conscientes y un buen descanso”, explica. El segundo pilar es, para Hoffmann, quizá el más vinculado al entrenamiento propiamente dicho, ya que se trata de ejercicios de estimulación cognitiva. “Con estos ejercicios trabajamos la atención, la memoria, la agilidad mental, el cálculo mental, la lógica…. Son habilidades que creemos que deben ir deteriorándose con el tiempo, pero lo cierto es que, si las entrenamos, podemos mantenerlas toda la vida”, afirma.
El tercer pilar del Método Neurofitness está íntimamente relacionado con la salud mental y se basa en el autoconocimiento, el autocuidado y la identificación y gestión de las emociones. “Nos han educado para que nos focalicemos en el exterior y en los otros; pero lo cierto es que es importantísimo mirar dentro de nosotros mismos, dedicar tiempo a conocernos y trabajar el amor propio y el autocuidado”, asegura Catalina Hoffmann. Por eso, el entrenamiento cerebral trabaja el llamado pensamiento vertical, enfocado en conectar con uno mismo. “A través de ese autoconocimiento podemos identificar mejor nuestras emociones, entender su origen y su impacto en nosotros y gestionarlas de forma más eficaz. Eso tiene un impacto positivo directo en nuestra salud mental y puede ayudar a evitar que una mala tendencia termine convirtiéndose en una patología”, explica Hoffmann.
El entrenamiento cerebral, la tendencia en auge para mejorar la salud busca, además, fomentar entre la población un mayor conocimiento del cerebro, su funcionamiento y su relación con el resto del organismo. Igualmente, se quiere crear una mayor conciencia sobre las posibilidades del cerebro para mantenerse sano y activo toda la vida.
“Los expertos queremos acabar con esa idea de que el deterioro cognitivo es inevitable con el paso de los años, porque eso no es verdad. Lo cierto es que el cerebro siempre puede mejorar y que nosotros somos arquitectos de nuestro propio cerebro”, asegura Catalina Hoffmann.