«Un delincuente depravado». Estas palabras, pronunciadas por Pilar Eyre, una de las periodistas más conocedoras de la Casa Real española, no solo describen a un miembro de una monarquía extranjera, sino que abren un debate sobre la estabilidad de todas las casas reales europeas. ¿Podría este escándalo ser el principio del fin de un sistema que ha perdurado durante siglos?
La Casa Real española no es ajena a las polémicas y críticas. A medida que se multiplican los cuestionamientos hacia las monarquías en todo el continente, el futuro de los Borbones también se pone en tela de juicio. ¿Qué señales deberían tomarse en cuenta?
1Las lecciones de una monarquía en crisis: Noruega como espejo
El reciente escándalo en la monarquía noruega, protagonizado por Marius Borg, hijo de Mette-Marit, ha sacudido a la opinión pública europea. Acusado de violación, maltrato y relaciones con grupos delictivos, Borg ha puesto a la Casa Real noruega en una posición delicada. Este caso no solo afecta la reputación de los monarcas noruegos, sino que también sirve como un recordatorio de los peligros de la connivencia y el silencio institucional.
Pilar Eyre, experta en temas monárquicos, advierte que la caída de una monarquía podría desencadenar un efecto dominó en Europa. Aunque la Casa Real española ha logrado superar crisis anteriores, este ejemplo plantea la pregunta: ¿están realmente preparados para enfrentar un escándalo de magnitud similar?
El contexto noruego también destaca un problema común en muchas casas reales: el distanciamiento de la ciudadanía. A diferencia de Noruega, donde se realizan encuestas sobre la monarquía, España parece mantener una línea más conservadora, evitando consultas públicas que podrían reflejar el verdadero sentir de la población.
