Las polémicas relacionadas con los coches en la familia real británica parecen no tener fin.
Si el duque de Edimburgo, de 98 años, tuvo que renunciar a su carné de conducir el pasado mes de febrero tras un aparatoso accidente, ahora es el nieto de la reina Isabel II, de sólo 11 años, quien protagoniza la última polémica.
En las imágenes, publicadas por varios medios británicos, se puede ver a James, hijo del príncipe Eduardo y de su esposa, la condesa de Wessex, al volante de un vehículo Land Rover.
Las fotografías fueron captadas el pasado lunes de pascua en el interior del Castillo de Windsor.