Ni las decisiones del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ni el de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han hecho feliz a Airbnb, que ha reaccionado de forma negativa a las restricciones impuestas sobre las Viviendas de Uso Turístico (VUT) tanto en la Ciudad Condal como en la capital. La empresa, a través de la cual se pueden reservar pisos que no tienen licencia para operar en estas ciudades, ha enviado dos cargas y arrancado su músculo Lobby para evitar estas regulaciones que limitan su actuación.
En cualquier caso, estaba claro que la plataforma no iba a estar demasiado contenta con los señalamientos. Aunque uno de los pasos importantes para controlar el precio de la vivienda en otras ciudades como Berlín o Nueva York, la plataforma siempre ha dicho que estas medidas no son eficaces y que se traducen simplemente en una mejor situación para los hoteles, pero no necesariamente para quienes buscan una nueva vivienda.
«La crisis de la vivienda es un problema complejo, que comprende múltiples factores, como viviendas vacías, construcción limitada, crecimiento de la población, etc. Culpar exclusivamente a los alojamientos de alquiler de corta duración simplifica en exceso estos grandes retos, ya que las soluciones requieren enfoques y políticas más integrales. Airbnb quiere colaborar con Madrid en reglas proporcionadas y efectivas, que tengan en cuenta las necesidades de cada barrio, permitiendo que las familias locales se beneficien del turismo, dispersando a los visitantes, protegiendo las primeras residencias y preservando las comunidades locales frente a la especulación», dijo Sara Rodríguez, responsable de políticas públicas en Airbnb para España y Portugal.
Sin embargo, como lo ha mencionado el alcalde de Madrid en una reciente rueda de prensa, parte del problema es que la plataforma comparte pisos que no tienen licencia de operar. En la capital hay 17,490 pisos de alquiler turístico ofrecidos en Airbnb, según el portal Inside Airbnb, y solo 1.131 tienen licencia, mientras que en Barcelona a pesar de la moratoria que el servicio ha pedido a Collboni que se levante hay 11,589 pisos completos en oferta.
«¿Por qué comercializan y publican viviendas turísticas que saben que son ilegales? Porque uno de los problemas que estamos teniendo en las grandes ciudades es que plataformas como Airbnb precisamente lo que están haciendo es publicar viviendas turísticas de uso ilegal», sentenciaba Almeida en la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno.
LA PLATAFORMA ASEGURA QUE LA PROHIBICIÓN SOLO BENEFICIA A LOS HOTELES
Lo cierto es que la plataforma de alquiler de viviendas en corto plazo sigue defendiendo que estas medidas de control solo benefician a los hoteleros, a quienes siguen tildando de monopolio. De hecho, en su carta, la alcaldía de Barcelona aseguran que el costo de los hoteles ha seguido aumentando a falta de competidores y que las plazas hoteleras siguen atrayendo el turismo de masas, algo irónico dado que en Madrid los ciudadanos de barrios como Lavapiés o Vallecas los han responsabilizado de atraer turismo masivo y aumentar el costo de la vivienda.
«El único ganador de la guerra de Barcelona contra los alquileres a corto plazo es la industria hotelera, que se está expandiendo rápidamente y aumentando los precios. Pedimos a la ciudad de Barcelona replantearse su enfoque, porque está claro que las viviendas de uso turístico no son la causa de los retos históricos de la ciudad. Estamos deseando trabajar con las autoridades en nuevas normas que faciliten que las familias locales puedan hospedar y hagan que el turismo sea más sostenible para todos», sentencia Rodríguez en el texto dirigido a la alcaldía de Barcelona.
AIRBNB SEÑALADOS POR ALCALDES Y VECINOS
Lo cierto es que la situación de la plataforma a nivel reputacional sigue siendo delicada. No son solo las alcaldías las que la señalan cada vez que hay un problema, sino que en algunos de los barrios más importantes de Madrid y de Barcelona los vecinos nunca han dejado de señalar a Airbnb y plataformas similares de este tipo de situaciones. En particular, en Lavapiés las pegatinas del Sindicato de Inquilinos con el mensaje de ‘Fuck Airbnb’ se han puesto de moda y se usan para identificar las VUT, sobre todo aquellas que están al nivel de la calle.
De allí que aunque existan dudas sobre el plan Madrid Reside, anunciado recientemente por la alcaldía de Madrid, se siga viendo como buena noticia la prohibición de convertir comercios en plantas bajas en VUT, o la de prohibir el uso de viviendas dispersas como espacios turísticos en el centro de la ciudad. En la actual crisis que enfrenta el sector vivienda, que ha llevado a protestas masivas en las principales ciudades de España, ni siquiera el lobby de esta plataforma puede pasar por encima del ruido.