En el corazón de la provincia de Burgos, en la región de Las Merindades, se encuentra Valpuesta, un pequeño pueblo que, a pesar de su reducida población de tan solo 20 habitantes, alberga una de las joyas más valiosas de la historia del español. Este rincón de la geografía castellana guarda documentos del siglo IX que contienen algunas de las primeras palabras escritas en castellano, un hito que la convierte en la cuna indiscutible de nuestra lengua.
A lo largo de los siglos, Valpuesta ha sido testigo de cómo el latín fue evolucionando hasta convertirse en el idioma que hoy hablan más de 400 millones de personas en el mundo. A continuación, te contamos por qué este municipio burgalés es un lugar fundamental en la historia del castellano y qué otros secretos guarda este fascinante pueblo.
1La cuna del castellano: los Cartularios de Valpuesta
Los Cartularios de Valpuesta son los documentos más antiguos encontrados en este pueblo y contienen las primeras palabras en castellano. Fechados en el siglo IX, estos escritos muestran cómo la lengua romance, derivada del latín, comenzaba a tomar forma en el territorio. Los cartularios son registros de donaciones hechas al monasterio de Santa María de Valpuesta, con los primeros indicios de palabras en castellano mezcladas con el latín.
Estos documentos se conservan en el Archivo Histórico Nacional y han sido objeto de intensos estudios por parte de filólogos y lingüistas que los han identificado como los primeros vestigios escritos del castellano, incluso anteriores a las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla, en La Rioja.