Chus Mateo da un golpe en la mesa acerca del futuro de la plantilla del Real Madrid
Parece que el destino del Real Madrid de Chus Mateo depende únicamente de las manos del pequeño base, Campazzo. El equipo, que parece estar en busca de su identidad y de la confianza necesaria para despegar en una temporada llena de dudas y derrotas fuera de casa, se encuentra en una encrucijada. Sin embargo, en su regreso al WiZink Center, donde no conoce la derrota, el Madrid logró imponerse a la Virtus, respirando un poco en esta Euroliga que, sorprendentemente, lo tiene demasiado descolgado.
El domingo, el Real Madrid aplastó al Gran Canaria y, aunque en el partido contra la Virtus de Cordinier (quien ha sonado fuertemente en los últimos días como posible refuerzo) hubo otras figuras destacadas, como los 20 puntos de Hezonja, el dominio de Tavares, los 1.100 partidos históricos de Sergio Llull y los destellos de Rathan-Mayes con sus cinco triples, fue el impulso de Campazzo en el tercer cuarto lo que selló la victoria. Su acelerón fue clave para hundir las opciones del equipo visitante, contagiar al resto de los jugadores y levantar a un Madrid que necesitaba urgentemente alegrías y buenas dinámicas.
Chus Mateo da un nuevo golpe en la mesa
El inicio no fue tan contundente como esperaba Chus Mateo, si es que su objetivo era dar un golpe de autoridad ante las dudas que rodean al equipo. En defensa, el Real Madrid no conseguía frenar con eficacia los puntos fáciles de Cordinier, Shengelia y Clyburn, quienes anotaban con aparente facilidad. Afortunadamente, Mario Hezonja apareció en uno de esos días inspirados: cerró el primer cuarto con 13 puntos (tres triples), de los 28 totales de su equipo.
El segundo cuarto arrancó con un 0-9 a favor de los italianos, mostrando demasiada desidia por parte del Madrid. La descoordinación defensiva era evidente, e incluso se notaba una falta de solidaridad entre los jugadores. Esta situación provocó el murmullo en las gradas y el (enésimo) enfado de Hezonja al ser sustituido. A pesar de todo, el Madrid se mantenía en la pelea: con Hugo González en pista, el equipo logró encontrar algo de equilibrio, y el acierto en el tiro exterior ayudaba a mitigar la sangría defensiva.
Campazzo tomó el mando
Shengelia, siempre fiable, regresó del descanso con ocho puntos seguidos, convirtiéndose en una pesadilla para el Madrid hasta que Campazzo decidió ponerle freno a los altibajos. El argentino despertó al equipo y todos lo siguieron, como se sigue a un líder, con los ojos cerrados y una energía renovada que se contagió rápidamente. La defensa, ahora con más agresividad, impidió que el rival encontrara espacios, y poco a poco el equipo rival cedió. Las transiciones rápidas, características del Madrid, volvieron a aparecer y un triple de Campazzo cerró un parcial de 15-3 que estableció la máxima ventaja (73-60) y dio la calma necesaria.
Un respiro necesario. Tres triples de Rathan-Mayes, en su mejor actuación desde su llegada este verano, sentenciaron el partido al inicio del último cuarto, con una máxima ventaja de 96-76 que ni el imparable Shengelia ni la calidad intemporal de Belinelli pudieron reducir. Sin descanso, el jueves llega el Efes, que será seguramente una prueba aún más exigente para este Madrid que sigue sin Musa, Feliz ni Garuba.