Reemplazar a Biden en los últimos meses de la campaña presidencial no parece haber sido suficiente. Con algunos estados clave todavía contando los votos, Donald Trump volverá a la Casa Blanca tras una de las campañas más complicadas de los últimos años, que incluyó no solo el reemplazo de un candidato por parte del partido Demócrata, sino también dos intentos de asesinato y varios momentos controvertidos.
Para los Demócratas, que esperan por la confirmación de su derrota en Pennsylvania y otros estados clave para asumir el resultado, toca lidiar con 4 años complicados, pero no tienen que ser apocalípticos. Lo cierto es que su derrota en 2016 sirvió para movilizar el partido no solo para ganar en 2020, sino conseguir victorias en las elecciones al congreso de 2018 y movilizarse en el camino para las elecciones especiales que no suelen ser demasiado seguidas por el votante común.
Para los Republicanos es una confirmación de que en el futuro próximo el partido apunta al estilo y tono de las campañas de Trump. Es bueno señalar que además de no poder volver a ser candidato, el probable mandatario tendrá la misma edad que Joe Biden tenía en esta campaña cuando termine este segundo periodo, por lo que además de las críticas esperadas por cualquier presidente, tendrá que lidiar con las mismas que el actual presidente.
Pero el partido tiene mejores resultados que los esperados, no solo apuntan a tener más de 300 votos electorales, sino también a su primera victoria en el voto popular desde la presidencia de Bush. Es un dato que puede preocupar a sus rivales, que hasta ahora podían confiar en la impopularidad de Trump para movilizar a una parte del electorado que siempre lo ha rechazado, pero que en esta ocasión tampoco se ha movilizado a favor de la vicepresidenta.
UNA CANDIDATA IMPOPULAR
La realidad es que Kamala no ha sido una candidata especialmente potente. Impopular antes de asumir la candidatura, el principal error del partido a esta hora parece haber sido no apostar por unas primarias tradicionales cuando empezó a ser evidente que Joe Biden era demasiado viejo para asumir una campaña completa. Al final el partido tuvo que elegir a una vicepresidenta señalada por su fracaso en la frontera y parte de un gobierno impopular.
Lo cierto es que este apunta a haber sido el error definitivo de la campaña, pues el resultado de las encuestas apunta a ser más cercano a la comparación entre Trump y Biden que la de Trump y Harris. Lo cierto es que el presidente, que entregará el poder el próximo 6 de enero, será uno de los principales señalados dentro de su partido, y él y su equipo probablemente sean los más castigados por la situación.
De la propia Kamala se puede esperar una situación similar a la de Hillary Clinton, que tras su derrota electoral se ha vuelto una vocera clave del partido, pero sin el poder de antaño. Apartando al propio Trump este suele ser el destino de los perdedores de las elecciones norteamericanas.
EUROPA TENDRÁ QUE VOLVER A LIDIAR CON TRUMP
Mientras tanto Europa tiene una situación delicada, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca apunta también a un menor apoyo en situaciones como la guerra de Ucrania, donde se espera que Estados Unidos retire su apoyo armamentístico y es un misterio cómo manejará otras situaciones de crisis, como las de Venezuela.
Además, será interesante ver si el mandatario cambia la posición sobre Israel. Todo apunta a que ese apoyo también fue una decisión costosa para los demócratas, pero él no solo apoya a la nación judía, sino que tiene una relación personal con el primer ministro, Benjamín Netanyahu.