Aunque el trabajo soñado puede ser diferente para cada persona, un estudio realizado por Jobseeker halló que la identidad nacional puede tener una gran influencia en dicho anhelo. Esto se hace evidente en España, país que, a diferencia de la mayoría de las naciones europeas, tiene una clara predilección por la profesión de piloto.
¿Por qué sueñan los españoles con ser pilotos? ¿Influye la pasión por recorrer el mundo o se ven atraídos por el prestigio y un salario prometedor? O quizás es simplemente la magia del vuelo… Para entender mejor lo que hay detrás de este sueño laboral, es importante analizar los factores identitarios y culturales que atraviesan a las personas.
Los trabajos soñados más populares alrededor del mundo
Para descubrir cuáles son las profesiones soñadas a nivel mundial, Jobseeker llevó a cabo un estudio que consistió en analizar los volúmenes de búsqueda en Internet con respecto a la elección y al desarrollo de una carrera profesional. Globalmente, los 10 trabajos soñados que fascinan a quienes buscan empleo en 2024 son:
1- Piloto
2- Auxiliar de vuelo (o tripulante de cabina)
3- Modelo
4- Psicólogo
5- Influencer
6- Médico
7- Maestro o profesor
8- Abogado
9- Bombero
10- Emprendedor
España y el sueño de ser piloto
Número 1 en España y el mundo, pero en segundo lugar en toda Europa, conseguir un trabajo de piloto es una promesa de satisfacción y realización profesional. La sensación de libertad, el desafío de trasladar de manera segura a cientos de personas a través de miles de kilómetros y la camaradería entre todos los tripulantes son algunas de las razones que los mismísimos pilotos tienen para dedicarse de lleno a esta pasión.
Este empleo está bien remunerado, con un salario mensual en España que oscila entre 1800 euros para quienes recién comienzan, 2700 euros para un piloto de caza y desde 7000 euros para un comandante experimentado. Sin embargo, también requiere de numerosos sacrificios, como dificultades para conciliar la vida personal con la profesional, y el hecho de trabajar en horarios irregulares.
Piloto versus Modelo
Mientras que en Portugal, España y Reino Unido destaca el anhelo de convertirse en piloto, el análisis de Jobseeker mostró que en 25 países de Europa, entre ellos Francia, Rumanía y Alemania, el modelaje ocupa el primer lugar en el podio de los trabajos soñados.
Dado que a menudo nos definimos en función de nuestros empleos y nuestra trayectoria profesional (basta pensar en la típica pregunta que se les hace a los niños “¿Qué quieres SER cuándo seas grande?”), definitivamente alguien que tiene como empleo ideal el modelaje se identifica con valores y necesidades muy diferentes a las de un piloto.
Si buscamos puntos en común entre el empleo de modelo y el de piloto, ambos se asocian con un buen salario y requieren de disciplina para desempeñarse correctamente y bajo presión, ya sea en las pasarelas o en los vuelos. También se trata de dos profesiones con un fuerte componente de trabajo grupal, aunque en el pilotaje reina la camaradería y en el modelaje todo lo contrario: competitividad negativa.
En la idealización de las dos profesiones surgen las valoraciones públicas positivas. Por un lado, el glamour, el lujo, la belleza e incluso la fama asociados con los y las modelos; por otro, el prestigio, el liderazgo en situaciones difíciles, el respeto y el espíritu apasionado y aventurero que proyectan los y las pilotos. Por eso, no es de extrañar que en un país asociado a la belleza y a la estética como es Francia, el trabajo de los sueños consista en modelar indumentaria, accesorios y otros productos.
Cómo influyen la identidad y los valores nacionales en el trabajo soñado
Un piloto tiene buena condición física y una imagen personal impecable y posee fuertes habilidades de disciplina, toma asertiva de decisiones en momentos críticos, responsabilidad y liderazgo. Además, es una de las profesiones que mayor prestigio y gratificación entrañan. ¿Cómo se alinean estas características con la identidad y los valores colectivos de los españoles?
Por supuesto que la identidad nacional cambia constantemente a raíz de fenómenos políticos, económicos, sociales y culturales, pero algunos rasgos se mantienen. En el caso de España, son distintivos el orgullo, el enorme valor que se le otorga a la resolución de problemas, la generosidad y la preocupación por la apariencia y el qué dirán.
A nivel laboral, los españoles valoran un buen salario. De hecho, la mayoría espera encontrar un primer empleo, cuya remuneración sea de al menos 20 000 euros anuales. Además, los jóvenes profesionales no esperan hallar su trabajo ideal en España, sino que más del 80 % contempla desempeñarse en el extranjero. Un ambiente laboral armónico también es una de las prioridades.
A raíz de lo anterior, podemos comprender por qué el trabajo soñado en España es el de piloto: posibilidades de desarrollo profesional, prestigio, buen salario, camaradería y un toque de aventura que les permite poner en práctica su capacidad de ser funcionales bajo estrés y sentirse orgullosos.