Es un hecho que molesta. Parece un timo, pero en realidad tiene su razón de ser.
Cuando abrimos una bolsa de patas siempre nos sorprendemos porque la cantidad del producto no llena la bolsa en su totalidad, la mitad de ésta está vacía.
Sin embargo, los fabricantes aseguran que ese espacio es muy útil y sirve para proteger el contenido y evitar que las ‘chips’ se rompan. Si este espacio no quedara libre, sería prácticamente imposible comerse una patata entera, solo podríamos degustar trocitos.
Otra curiosidad es que el espacio libre no se llena con aire.
Las bolsas de este tipo de snacks están infladas con gas nitrógeno, elemento que ayuda a su conservación, mantiene los sabores intactos, y no es perjudicial para la salud.