La convivencia en una comunidad de vecinos implica una serie de responsabilidades económicas. Además de las cuotas mensuales destinadas al mantenimiento de las zonas comunes, como limpieza o reparaciones menores, existen situaciones imprevistas que requieren de aportes extraordinarios, conocidas como derramas. Este término se refiere a un pago adicional que deben realizar los propietarios para cubrir gastos no contemplados en el presupuesto habitual. Entender qué son las derramas, cuándo son obligatorias y cómo se calculan, es clave para una correcta convivencia vecinal y evitar conflictos. A continuación te contaremos en que casos estás obligado a pagar las derramas. ¡No te lo pierdas!
1¿Qué son las derramas y cuándo son necesarias?
Las derramas son pagos extraordinarios que se solicitan a los propietarios de una comunidad para cubrir gastos que surgen de manera imprevista o que exceden los fondos disponibles en la cuenta comunitaria. Estos pueden variar desde reparaciones urgentes, como una avería en el ascensor, hasta proyectos de mejora como la instalación de paneles solares o la renovación de la fachada del edificio. Según la Ley de Propiedad Horizontal, las derramas deben ser aprobadas por la junta de propietarios y cada uno deberá abonar su parte en función de su cuota de participación. Las derramas se activan cuando el presupuesto ordinario de la comunidad es insuficiente para cubrir ciertos gastos. En ese momento, el administrador de la finca suele convocar una reunión con los propietarios para decidir si es necesario establecer esta contribución extra. Dependiendo del tipo de trabajo o mejora, la contribución puede ser opcional o obligatoria.