Setenil de las Bodegas, en la Sierra de Cádiz, es uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento. Este pintoresco pueblo blanco, conocido por su arquitectura única, se distingue por algo muy especial: muchas de sus casas están integradas en las formaciones rocosas que rodean el pueblo, creando un paisaje que parece un misterioso refugio natural. Declarado Conjunto Histórico y miembro de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, Setenil es un destino imprescindible para quienes buscan explorar la autenticidad de Andalucía.
1Un cielo de roca que define la arquitectura
Lo que hace a Setenil verdaderamente especial es la forma en que se adapta a su entorno natural. Las casas se incrustan entre las rocas del tajo del río Guadalporcún, utilizando las formaciones rocosas como parte de sus techos. En lugar de estar excavadas en las montañas como en otras zonas de Andalucía, las viviendas de Setenil se agrupan bajo las gigantescas piedras, como si fueran refugios naturales que han evolucionado con el tiempo.
Este paisaje singular, unido a la arquitectura blanca de las casas, da lugar a un laberinto urbano donde cada rincón cuenta una historia. Los miradores, como el de La Villa o el del Carmen, ofrecen vistas impresionantes de este entramado rocoso, lo que convierte a Setenil en un espectáculo visual.