Venezuela se encuentra en el ojo del huracán tras el anuncio del Ministro del Interior, Diosdado Cabello, sobre la detención de más de una decena de presuntos mercenarios implicados en un supuesto golpe de Estado contra el Gobierno de Nicolás Maduro. La noticia ha generado una gran conmoción internacional, especialmente por las acusaciones directas contra la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.
La trama del supuesto golpe de Estado
Cabello, en declaraciones a la televisión pública venezolana, ha detallado la supuesta trama, señalando la participación de la CIA y el CNI en la organización, reclutamiento y suministro de armas a los presuntos mercenarios. «Es el Centro Nacional de Inteligencia español el que está al frente de la operación», afirmó con contundencia el Ministro. Además, ha vinculado a la Administración de Drogas de Estados Unidos (DEA) en el supuesto entramado, reforzando la narrativa de una conspiración internacional contra el gobierno venezolano.
El Ministro del Interior ha insistido en que esta acción se enmarca dentro de una «política del imperialismo» dirigida por Estados Unidos, utilizando a sus agencias de inteligencia para desestabilizar el país. Ante las previsibles negativas de los organismos señalados, Cabello ha adelantado que «es lógico que digan que no tienen nada que ver, pero nosotros estamos obligados a informar, a decir la verdad». Estas declaraciones, sin duda, tensarán aún más las relaciones entre Venezuela, Estados Unidos y España.
Los implicados y las pruebas
Cabello no se ha limitado a acusar a agencias de inteligencia extranjeras, sino que también ha señalado a figuras políticas de la oposición, tanto dentro como fuera de Venezuela. María Corina Machado, líder opositora, ha sido mencionada como conocedora del intento de desestabilización. Asimismo, Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, y Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional venezolana, también han sido señalados como implicados en la presunta conspiración.
Las autoridades venezolanas han informado que todos los detenidos son extranjeros de habla hispana. Como pruebas, se han presentado fotografías de «zonas estratégicas», como refinerías, encontradas en los teléfonos móviles de los arrestados. Además, se han incautado piezas que corresponderían a unos 24 fusiles de asalto, lo que, según el gobierno venezolano, demuestra la intención de llevar a cabo una acción violenta.
Este supuesto golpe de Estado frustrado abre un nuevo capítulo en la compleja situación política de Venezuela. La comunidad internacional espera con expectación las reacciones de los gobiernos de Estados Unidos y España, así como el desarrollo de las investigaciones y la presentación de pruebas contundentes que sustenten las graves acusaciones realizadas por el Gobierno de Nicolás Maduro.
La implicación de agencias de inteligencia extranjeras, de ser confirmada, tendría graves consecuencias geopolíticas. Mientras tanto, la tensión en Venezuela sigue en aumento, y la estabilidad del país se encuentra en una situación precaria.