Glovo persigue las cuentas piratas, pero ignora la ley rider

Glovo sabe hace años que hay un alto número de repartidores que trabajan en la plataforma sin cumplir con las exigencias de documentos de la propia empresa. Extranjeros recién llegados, jóvenes que buscan completar su sueldo y que ven como las plataformas tienen hasta el tope sus plantillas en las grandes ciudades. Pero la plataforma, que ya tiene al Gobierno respirandole en la nuca con las inspecciones debido a la Ley Rider, sigue persiguiendo estas cuentas que, aunque los riders defienden que les permiten una flota más grande, les generan un sin fin de problemas, pues no se pueden hacer responsable de estos trabajadores. 

Pero cada vez son más los repartidores que aseguran que estas cuentas están siendo bloqueadas. Son varias las medidas que usan las plataformas para evitar que las mismas se sigan usando, la principal es exigir al repartidor que se tome una foto que demuestre que es el titular de la cuenta y obligar a que este se realice siempre a través del teléfono afiliado a la cuenta. La idea es evitar que una cuenta sea alquilada sin pasar por los filtros exigidos por Glovo, que permite la opción de forma legal siempre cuando el repartidor que vaya a usar la cuenta pueda darse de alta como autónomo, para lo que es necesario tener los documentos en regla. 

Si bien los repartidores aseguran que Glovo ha aumentado las medidas para evitar el crecimiento de estas cuentas, y que los mensajes avisando de cuentas bloqueadas por romper el reglamento son cada vez más comunes, desde la plataforma de delivery dicen que no hay ningún cambio y que simplemente las medidas son más visibles a medida que más repartidores piratas se encuentran con los bloqueos, y más de ellos se encuentran con la imposibilidad de recurrir la sanción, pues en efecto han incumplido con las normas de la empresa. 

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Desde la plataforma hay buenos motivos para hacer todo lo posible por controlar la situación. Cuando uno de estos trabajadores sufre un accidente, Glovo es señalada a pesar de ser responsable, y estos no tienen protección en caso de que los dueños de las cuentas decidan hacerlos trabajar todos los días, disponibles de la semana, y se suma el hacer que trabajen en días de lluvia o durante olas de calor, lo que puede aumentar el peligro, pues, no cuentan con la protección de estar registrados en la plataforma, y no pueden tomar decisiones con base en su nivel de cansancio. 

UN PROBLEMA SOBRE TODO PARA MIGRANTES

Aunque los motivos de Glovo son fáciles de entender, es difícil ignorar que un alto porcentaje de estos repartidores solo trabajan de forma ilegal en la plataforma, por qué no pueden asumir un trabajo legal. Son migrantes que aún se encuentran en el largo y complicado proceso de resolver su documentación, si es que pueden hacerlo, y que en el camino necesitan un medio de sustento, incluso uno tan difícil como el trabajo de los repartidores, que además de depender de su propia velocidad depende de la demanda de su momento de trabajo. 

Es evidente que no se puede tomar una decisión diferente desde la plataforma, no solo estos trabajadores son un problema reputacional, sino que pueden ponerlos en una situación delicada frente a migración si esta decide que la empresa está empleando trabajadores indocumentados. Si bien es imposible filtrar a todos los trabajadores en esta situación, es importante ayudar a reducir el dato. 

Por otro lado, es un problema que se concentra en Glovo y Uber Eats, las dos grandes plataformas de delivery donde se pueden alquilar cuentas, y al que se empiezan a sumar las cuentas de Catcher, una tercera plataforma más reciente. Just Eats, que contrata a sus repartidores, no es una opción viable para los trabajadores en esta situación al contratar directamente a sus repartidores.

LOS TRABAJADORES DE GLOVO SIGUEN SIENDO DIFÍCILES DE IDENTIFICAR

Lo cierto es que las cuentas alquiladas siguen siendo un problema, ya que los trabajadores saben que la policía está especialmente alerta de los repartidores de Glovo, por la cantidad de ellos que son migrantes y que esto hace que usen mochilas térmicas de otras plataformas. Es el motivo por el que se ven repartidores con mochilas y equipo de empresas que han abandonado España, como Stuart o Dilveroo o el motivo por el que al pedir a través del unicornio español el repartidor se aparece con una mochila de Uber Eats. 

Además, esto ha generado un negocio paralelo con la venta de mochilas térmicas a los repartidores «piratas». No es el único negocio que ha nacido alrededor de las cuentas piratas de Glovo o de Uber Eats, con varios riders hablando de hackers que ofrecen desbloquear su cuenta por un precio o bien que intentan acelerar los tiempos de espera que la aplicación solicita para no sobrecargar la red de repartidores.