«Esta decisión supone un cambio inesperado y perjudicial no solo para las compañías comprometidas y sus usuarios, sino para el conjunto de la ciudad de Madrid, que dejará de contar con un servicio de bicicletas accesible y sostenible para desplazarse por la ciudad imponiendo, en la práctica, un único servicio de movilidad sostenible: el servicio público de Bicimad». Con esas palabras respondía Lime, la empresa dedicada al alquiler de bicicletas y patinetes eléctricos en la ciudad tras la decisión del ayuntamiento de prohibir las bicicletas eléctricas de alquiler privadas que junto a la de los patinetes de alquiler dejan a la empresa prácticamente fuera de la capital.
Si bien ambas decisiones fueron tomadas por motivos diferentes, según el Ayuntamiento de Madrid, la de los patinetes fue por motivos de seguridad y la segunda por qué la ampliación de los servicios de Bicimad hacía innecesario a los operadores privados. En el caso de las bicicletas se suma que según el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, estas no estaban desplegadas del todo en la capital española.
Según ha explicado el delegado, la aplicación de Bicimad había hecho que la oferta de bicicletas de alquiler fuese cada vez más reducida por la «altisima demanda» de la opcíón pública. Según él, mantener la oferta «no era rentable» para las empresas del sector por lo que «las fueron retirando de tal manera que ha llegado a la finalización de estas autorizaciones sin que haya una oferta de esas bicicletas por la ciudad de Madrid».
«Esas empresas habían decidido no ofertar esas bicicletas y, por tanto, no desplegarlas, y una vez que ha finalizado esa autorización tienen de plazo una semana, es decir, hasta el próximo 8 de octubre, para retirar las pocas bicis que quedan en la ciudad de Madrid», ha expuesto el edil del PP en Telemadrid.
LIME NO COMPARTE LA DECISIÓN DE MADRID
Como es de esperarse para una empresa que acaba de encajar dos golpes de esta magnitud en una ciudad clave para cualquier negocio del sector del transporte en España. Además, como lo recoge ElDiario.es, Lime ha asegurado que la medida les ha tomado por sorpresa y que se traduce en un cambio de actitud del ayuntamiento sobre estas empresas. Además, que han asegurado que no se les ha consultado sobre la decisión de no renovar estos permisos, y es segunda vez que les ocurre.
En el caso de los patinetes la decisión también ocurrió sin consultarles, pero es cierto que se trata de una situación distinta. Es que los patinetes fueron perdiendo espacio por las críticas vecinales, por los riesgos relacionados con la explosión de las baterías, que antes de la retirada de los permisos se tradujo en una prohibición de que estos vehículos se subieran en el transporte público, lo que dificultaba su uso por parte de los ciudadanos en el día a día. En esa caso, de hecho no se trató de una no renovación de las licencias, sino de un la decisión de cancelar las ya otorgadas.
Para Lime, ambas decisiones hacen de la ciudad una excepción en el continente europeo «al ser la única que de manera proactiva, y sin contar con los operadores, está tomando decisiones que implican retroceder en materia de movilidad sostenible». Y advierte que «seguirá defendiendo el derecho de los usuarios a una movilidad sostenible y colaborando activamente con las autoridades para encontrar una solución justa para todas las partes implicadas».
MADRID SIGUE APOSTANDO POR EL BICIMAD
Mientras tanto, la ciudad sigue apostando por el modelo de Bicimad, que esperan se siga expandiendo durante los próximos años. «Bicimad, además, seguirá ampliándose, seguirá creciendo, seguirá dando un mejor servicio, porque vemos que tiene una demanda adecuada», ha abundado Carabante, poniendo también en valor las tarifas de Bicimad -10 euros de tarifa plana al mes, o 1 euro por media hora de viaje-, algo que «está dando respuesta a las necesidades de movilidad, especialmente en los más jóvenes».
Es una apuesta que no solo requiere aumentar la oferta de las bicicletas públicas, sino también mejorar las ciclovías de la ciudad y hacerlas más seguras, además de señalizar de tal forma que los coches sepan donde están las bicicletas y se eviten accidentes. Además, se debe evitar que los conductores de Glovo usen este servicio, pues no están pensadas para ese nivel de uso.