El frío del otoño mejora la facturación de los riders de Glovo y Uber Eats

Los residentes vuelven a las grandes ciudades, el clima invita a quedarse en casa y el ritmo de trabajo vuelve a ser el de siempre. Son datos que funcionan como una buena noticia para los riders de plataformas como Glovo y Uber Eats para los que el verano en las grandes ciudades es una fecha complicada por la baja facturación, incluso en un año con Eurocopa y Juegos Olímpicos, lo que castiga a unos trabajadores que por su condición de ‘falsos autónomos’, dependen de su facturación diaria para cubrir sus necesidades. 

Por eso, la caída en las temperaturas es una buena noticia, incluso más allá de que sea más fácil trabajar en una bicicleta cuando las temperaturas no llegan a los 40 grados y no hay grandes olas de calor. No es que el frío no venga con su propia serie de retos, entre ellos la necesidad de trabajar en una bicicleta o una moto a la intemperie usando ropa para el frío, pero también hay más clientes disponibles, tanto entre semana como los fines de semana. 

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El problema, por supuesto, es el riesgo que viene de la mano de este cambio en el clima. Al ser considerados trabajadores autónomos por plataformas como Uber Eats y Glovo, estos son responsables de equiparse para el frío o la lluvia que se ha vuelto común en el mes de octubre, y además si tienen su cuenta alquilada sin estar registrados en las aplicaciones, algo común a pesar de los intentos de ambas empresas de filtrar este tipo de repartidores, se ven forzados a trabajar con climas de lluvia lo que se traduce en riesgos que de otro modo no serían necesarios. 

LOS REPARTIDORES Y SUS DATOS DEPENDEN TAMBIÉN DEL CLIMA 

Es una prueba más de la complicada realidad que asumen en su día a día los repartidores de las plataformas de Delivery. Con la excepción de Just Eat, que contrata directamente a sus repartidores, tanto en Glovo como en Uber Eats se sigue apostando por un modelo de autónomos y con el unicornio español consiguiendo una victoria judicial hace poco en España no tienen demasiado interés en cambiar el modelo, incluso con la investigación de fiscalía sobre un Oscar Pierre que sigue a la cabeza de la empresa o la sombra de la ‘Ley Rider’ o el reglamento europeo de trabajo en plataformas digitales, las dos siguen defendiendo que es la mejor forma de que trabajen.

Dejando de lado el problema de los repartidores ilegales, algo que ambas plataformas tienen tiempo intentando resolver, hay ventajas y desventajas de este modelo para los trabajadores, como en todo. Es que si bien pueden en teoría definir sus horarios, e intervenir en el «multiplicador» que marca lo que piden facturar por cada pedido, en la práctica los montos son muy pequeños como para sobrevivir por demasiado tiempo, y es una realidad que en época de calor se hace todavía peor. Al mismo tiempo, no todos los repartidores comparten la idea de la ley, como lo demostraron las protestas alrededor de su aprobación.

En cualquier caso, es complicado cambiar la situación, los motivos de Glovo para seguir trabajando con autónomos tienen menos que ver con el costo y más que ver con que esto facilita la inmediatez de los pedidos, un punto clave de esta industria, y el caso de Uber Eats es similar.

Sin embargo, aunque las previsiones de Delivery Hero sobre Glovo han mejorado y Uber ha podido crecer y diversificar sus ingresos apoyándose en el transporte, el Delivery como sector ha dado pérdidas a nivel internacional, y recuperar el equilibrio a la vez que cambian su modelo de contratación es un reto complejo. 

9 MESES ANTES DEL PRÓXIMO VERANO PARA LOS REPARTIDORES DE GLOVO Y UBER EATS

Sin embargo, si no se resuelve el problema y siguen siendo autónomos, el ciclo se repetirá el próximo año. Es una realidad que va de la mano con el modelo actual del sector, y uno de los motivos por los que un gran porcentaje de sus trabajadores buscan mejores opciones a corto y mediano plazo. Es que en la práctica nadie quiere seguir siendo repartidor el resto de su vida. 

Esto además es lo que se traduce en la gran cantidad de repartidores que trabajan de forma irregular. Sea por cuentas alquiladas sin permiso de Glovo o de Uber Eats o prestadas por familiares o amigos, son muchos los inmigrantes que todavía cuentan con este trabajo para subsistir al menos en sus primeros meses en su nuevo país.