Todos tenemos pequeñas costumbres o hábitos que repetimos casi sin pensar. Son esas «manías» que, aunque parecen inofensivas, forman parte de nuestro día a día. ¿Te has encontrado alguna vez reorganizando los cubiertos en la mesa o evitando pisar las líneas del suelo? Aunque estas manías pueden parecer curiosas, no debemos confundirlas con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), una condición más grave y compleja.
Es importante entender la diferencia entre manías y TOC. Mientras que las manías son comportamientos que podemos elegir ignorar, el TOC está ligado a una ansiedad intensa que impulsa a las personas a cumplir con ciertos rituales para aliviar esa angustia. A continuación, te presentamos algunas de las manías más comunes que, aunque no sean tan graves como un TOC, pueden ser sorprendentes.
1Obsesionarse con los números
Una de las manías más comunes es la tendencia a relacionarlo todo con números. Algunas personas se encuentran contando de forma automática, ya sea los escalones que suben, las matrículas de los coches, o los objetos en su entorno. Esto se llama aritmomanía y, aunque puede parecer un simple juego mental, para algunas personas se vuelve una necesidad.
La diferencia clave entre esta manía y el TOC numérico es que, en la aritmomanía, la persona puede detenerse si lo desea. Sin embargo, alguien con TOC se siente obligado a contar o agrupar objetos de una forma determinada para calmar su ansiedad. En casos graves, esta compulsión puede interferir en la vida diaria, convirtiéndose en una carga mental importante.