La salud del sueño es un aspecto fundamental del bienestar general de las personas, sin embargo, muchos trastornos relacionados con el sueño pasan desapercibidos o son infravalorados. Uno de estos problemas son las parasomnias, un grupo de desórdenes del sueño que ahora se revelan mucho más comunes de lo que se creía.
Un estudio multicéntrico presentado en la 32ª Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño (SES) y el 27º Congreso de la European Sleep Research Society (ESRS) ha arrojado datos sorprendentes sobre la prevalencia de las parasomnias en España. Según los resultados, el 70% de los adultos españoles sufre algún tipo de parasomnia, siendo ligeramente más frecuentes en mujeres que en hombres.
LAS PARASOMNIAS MÁS COMUNES EN ESPAÑA
Las parasomnias son un conjunto de trastornos que se manifiestan mediante eventos físicos indeseables durante el sueño. Algunas de las más conocidas son el sonambulismo, las pesadillas, la parálisis del sueño o los terrores nocturnos. Según el estudio, las parasomnias más prevalentes en España son las pesadillas (56,4%), el trastorno de conducta durante el sueño REM (35,8%) y los terrores nocturnos (30,7%).
Estos trastornos del sueño pueden conllevar riesgos para la salud de quienes los padecen, como lesiones físicas, problemas emocionales, sociales y familiares, así como la interrupción del sueño normal, lo que a su vez provoca consecuencias diurnas como fatiga o irritabilidad. Por ello, es crucial diagnosticarlos y tratarlos adecuadamente.
Otro dato relevante del estudio es que algunas parasomnias son más frecuentes en hombres que en mujeres, como la sexsomnia (25,7% vs 15,3%), mientras que otras, como los terrores nocturnos (33,5% vs 24,8%), son más comunes en el sexo femenino.
EL DESCENSO DE LAS PARASOMNIAS CON LA EDAD
Un hallazgo interesante de la investigación es que la incidencia de parasomnias disminuye notablemente con la edad. Mientras que en el grupo de 18 a 21 años la prevalencia alcanza casi el 94%, en la población mayor de 70 años se reduce a poco más del 29%.
Este descenso se observa en la mayoría de las parasomnias estudiadas, con la excepción del trastorno alimentario relacionado con el sueño, que muestra un pico de incidencia en la edad adulta, entre los 40 y 60 años.
Asimismo, el estudio revela que las personas que toman medicamentos con posible impacto en el sueño tienen un riesgo superior de presentar parasomnias. Esto es especialmente significativo en el caso de los fármacos Z (análogos de benzodiazepinas) y las benzodiazepinas, que constituyen un factor de riesgo importante para sufrir terrores nocturnos.
UN PROBLEMA INFRADIAGNOSTICADO
Uno de los aspectos más preocupantes que señala el estudio es que las parasomnias están claramente infradiagnosticadas en España. Según el investigador Karol Enrique Uscamaita Amaut, probablemente solo aquellas personas con repercusiones graves por este tipo de trastornos son las que buscan atención médica, mientras que una gran cantidad de pacientes no lo hacen.
Esta situación se debe, en gran medida, a la falta de conocimiento de la población sobre la importancia de las parasomnias y al hecho de que muchas personas duermen solas y no tienen un compañero de habitación que les alerte de sus síntomas.
No obstante, el diagnóstico de las parasomnias es fundamental, ya que pueden provocar lesiones físicas, consecuencias legales e incluso ser un síntoma precoz de enfermedades neurodegenerativas, como en el caso del trastorno de conducta del sueño REM.
Por todo ello, este estudio supone un llamamiento a los médicos del sueño para que realicen una mayor difusión científica entre la población y así generar conciencia sobre este problema de salud pública que afecta a gran parte de los adultos españoles.