La deuda global ha alcanzado un nuevo récord histórico en el primer semestre de 2024, según los cálculos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). La deuda de hogares, empresas, bancos y gobiernos de todo el mundo ha sumado un total de 311,8 billones de dólares (278,5 billones de euros), lo que representa un aumento significativo en comparación con los 302,4 billones de dólares (270,1 billones de euros) registrados en el mismo periodo del año anterior.
Este crecimiento acelerado de la deuda a nivel global ha estado impulsado principalmente por las economías emergentes, cuyo pasivo agregado se ha incrementado hasta los 101,3 billones de dólares (90,5 billones de euros), desde los 95,1 billones de dólares (85 billones de euros) del año anterior.
Entre las economías avanzadas, el volumen de deuda también se ha elevado, llegando a los 210,5 billones de dólares (188 billones de euros), en comparación con los 207,3 billones de dólares (185,2 billones de euros) del ejercicio previo.
Principales Impulsores del Incremento de la Deuda Global
Los principales responsables de estos aumentos han sido China y los Estados Unidos, seguidos de la India, Rusia y Suecia, mientras que muchos países europeos y Japón han logrado reducir sus pasivos.
Por sectores económicos, el IIF ha señalado que, a nivel global, los hogares elevaron su deuda hasta los 59,6 billones de dólares (53,2 billones de euros), las empresas registraron un endeudamiento de 89,6 billones de dólares (80 billones de euros), y los gobiernos no lograron reducir su deuda, llegando a 91,7 billones de dólares (81,9 billones de euros). Además, el sector financiero también vio crecer su pasivo a 70,9 billones de dólares (63,3 billones de euros).
Perspectivas Preocupantes para la Deuda Global
El estudio del IIF ha manifestado también que la flexibilización monetaria recientemente iniciada por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) al bajar el precio del dinero en 50 puntos básicos acelerará aún más la acumulación de deuda a nivel mundial. Además, factores estructurales como el envejecimiento y las altas necesidades de financiación suscitan «interrogantes importantes» respecto a la evolución de la productividad.
El IIF también ha tomado nota de la frecuente infravaloración de las necesidades futuras de financiación por parte de los Estados, lo que puede derivar en mayores niveles de deuda pública de los que se prevé en las proyecciones oficiales.
Según los pronósticos, la deuda pública mundial aumentará de su nivel actual cercano a 92 billones de dólares (82,2 billones de euros) hasta los 145 billones de dólares (129,5 billones de euros) para 2030 y a más de 440 billones de dólares (393 billones de euros) en 2050.
Asimismo, el IIF ha alertado que, dado que alrededor de la mitad de la financiación de la lucha contra el cambio climático corre a cargo de entidades gubernamentales o cuasi-soberanas, al tiempo que aumenten las políticas industriales proteccionistas y costosas, la deuda pública podría incrementarse en al menos 215 billones de dólares (192,1 billones de euros) adicionales de aquí a 2050.