La Policía Nacional de España ha logrado desentrañar una peligrosa red criminal de origen letón que se dedicaba al tráfico de drogas a gran escala, con operaciones que se extendían desde España hasta los países bálticos y escandinavos. Esta organización, caracterizada por su violencia extrema, utilizaba brutales métodos de castigo físico contra aquellos considerados «desleales» e incluso contaba con un crematorio industrial para eliminar pruebas de sus actividades delictivas.
En una operación conjunta con EUROPOL, las autoridades españolas y letonas han llevado a cabo una serie de detenciones y registros que han desarticulado por completo esta organización criminal de alto nivel. Un total de 16 personas han sido detenidas, 10 en Letonia y 6 en España, incluyendo al líder de la organización, considerado por EUROPOL como un «objetivo de alta valor» (High Value Target).
El Centro de Operaciones en Girona
La red criminal tenía su núcleo de operaciones en la provincia de Girona, desde donde llevaba años traficando con grandes cantidades de marihuana que posteriormente eran distribuidas a los países bálticos y escandinavos, convirtiéndose en uno de los principales proveedores de cannabis en esa región.
El líder de la organización, apodado «Napoleón», se caracterizaba por su fuerte liderazgo y crueldad, llegando incluso a emplear castigos físicos contra aquellos miembros que consideraba «desleales». Además, adoptaba estrictas medidas de seguridad, como moverse en furgonetas blindadas acompañado siempre de tres guardaespaldas.
Otro miembro clave, conocido como «el Virus» por su carácter impulsivo y virulento, era el responsable de la supervisión de las funciones de envasado y transporte de las sustancias estupefacientes. Gracias a sus altos conocimientos técnicos, era el encargado de implementar medidas de contravigilancia en los almacenes y vehículos, así como de monitorizar los envíos de droga a través de dispositivos GPS.
Violencia Extrema y Destrucción de Pruebas
La violencia empleada por esta organización criminal no solo se dirigía a sus miembros, sino también a otros traficantes que consideraban una amenaza. Para deshacerse de las pruebas de sus actividades delictivas, la organización había adquirido un crematorio industrial de mascotas, el cual utilizaban para eliminar cualquier evidencia que pudiera incriminarlos.
Las autoridades lograron incautar armas de guerra, como cuatro granadas de mano y un arma automática, además de pistolas eléctricas, chalecos antibalas de origen militar, detectores de radio frecuencia, dispositivos GPS e indumentaria de fuerzas y cuerpos de seguridad, todo ello utilizado por la organización para proteger sus operaciones ilícitas.
Además, se bloquearon 10 propiedades inmobiliarias por un valor de 800.000 euros, se intervinieron 110.000 euros en efectivo y se confiscaron cuatro vehículos de alta gama y 13 kilogramos de cogollos de marihuana.
En resumen, esta operación policial ha logrado desarticular por completo una peligrosa organización criminal de origen letón dedicada al tráfico de drogas a gran escala, que se caracterizaba por su extrema violencia y sofisticados métodos para evadir la justicia. La cooperación internacional entre las autoridades españolas y letonas, junto con el apoyo de EUROPOL, ha sido clave para poner fin a las actividades de esta red criminal de alto nivel.