La celebración de la Copa América de Vela en Barcelona se ha convertido en el mejor escaparate para la ciudad y su proyección global. Grandes marcas de sectores diversos apoyan una competición con 171 años de historia que se considera el tercer evento deportivo con más impacto después de los Juegos Olímpicos o del Mundial de Futbol.
Louis Vuitton, patrocinador oficial de esta 37 edición, dio el pistoletazo de salida en mayo con su desfile ‘Crucero’ y la ciudad se ha abierto de forma progresiva al mar para vivir en directo, desde finales de agosto, las regatas entre los equipos que cuentan con el apoyo de grandes firmas de moda de lujo y la alta relojería.
Mientras las tripulaciones de neozelandeses, americanos, italianos o suizos despliegan en el mar su mejor estrategia, estas reconocidas firmas aprovechan su presencia para reforzar su proyección internacional y trasladar temporalmente su epicentro a la capital catalana para acercase al público y al comprador.
Coincidiendo con la Copa América, la milla de oro de Barcelona, el Paseo de Gracia, también ha logrado su particular protagonismo con una propuesta que cuenta con grandes referentes del lujo y a la que se han unido aperturas como la exclusiva tienda de Tudor o la Casa Isdin.
La inauguración más reciente es la protagonizada por la enseña Panerai, que ha abierto su primera boutique en Barcelona muy cerca de la Diagonal. Y lo ha hecho de la mano de una firma española consolida en el sector de alta joyería y relojería: Rabat, su distribuidor oficial durante muchos años.
Panerai reafirma, según ha detallado la compañía ítalo-suiza, su compromiso con el mercado español y da visibilidad a su colaboración en el equipo de vela italiano Luna Rossa Prada Pirelli.
Su desembarco, además, permite completar la propuesta premium que la alta relojería ha ido tejiendo poco a poco en esta emblemática arteria comercial de Barcelona. Rabat, desde su establecimiento insignia en Casa Codina, junto a La Pedrera, ha actuado de catalizador y anfitrión de una oferta que se distingue por una estrategia de excelencia y fidelización del cliente que busca personalización en joyas o relojería de grandes marcas. De hecho, la firma ya cuenta con cinco establecimientos a lo largo de Paseo de Gracia. Durante la celebración de la competición, el grupo está realizando visitas a las bases y salidas en barco con profesionales de la navegación y con clientes.
Rabat también ha actuado de propulsor de la llegada de otras marcas de referencia a la capital catalana, como Hublot y su primera boutique en 2023, y este pasado junio con Tudor, que desde su establecimiento también exhibe estos días su apuesta por el mundo de las regatas competitivas y por la Copa América de vela como socio oficial de cronometraje del equipo suizo Alinghi Red Bull Racing.
Otras firmas relojeras también se han implicado en las regatas, como Omega, con una doble condición: colaborador del Emirates Team New Zealand y cronometrador oficial de la competición.
La simbiosis entre alta relojería, mar y vela quiere acercarse al público y conectar con nuevas audiencias y muchas marcas de lujo organizan a lo largo de estas semanas eventos y lanzamientos para aprovechar el potencial de una competición que, según las estimaciones de Barcelona Capital Náutica, tendrá un impacto para la economía local de más de 1.200 millones de euros. También ha comportado la creación de más de 19.000 puestos de trabajo y la estimación de 2,5 millones de visitantes hasta el mes de octubre, cuando finalice la prueba.