Para los que aún no están familiarizados, el suelo pélvico es un grupo de músculos que se encuentra en la base de la pelvis, como una pequeña hamaca que sostiene nuestros órganos pélvicos: la vejiga, el útero (en las mujeres) y los intestinos. Estos músculos son como los cimientos de una casa; si están en buen estado, todo lo que está por encima se mantiene fuerte y estable. Pero, si los cimientos empiezan a debilitarse, todo lo demás se resiente.
Lo fascinante es cómo este grupo muscular puede influir directamente en nuestra vida sexual. Un suelo pélvico fuerte y en forma puede mejorar la sensibilidad, el placer, e incluso ayudarte a alcanzar el orgasmo con mayor facilidad. Por otro lado, si estos músculos están débiles o demasiado tensos, podrías experimentar dificultades como dolor durante el sexo, menos placer, e incluso problemas de lubricación.
Por estas razones, es vital estar informado sobre cómo fortalecer el suelo pélvico y los beneficios que esto puede tener tanto para la salud general como para mejorar la vida sexual.
Los ejercicios de Kegel
Probablemente ya hayas oído hablar de los ejercicios de Kegel. Estos ejercicios fueron popularizados por el ginecólogo Arnold Kegel en los años 40 como una forma de ayudar a las mujeres a recuperar la fuerza del suelo pélvico después del parto. Sin embargo, sus beneficios van mucho más allá de la recuperación postparto.
Lo bueno de los ejercicios de Kegel es que son muy simples. No necesitas ir al gimnasio ni usar equipo especial. Puedes hacerlos mientras estás sentada en la oficina, viendo televisión, o incluso en la fila del supermercado, y nadie notará que estás fortaleciendo tu suelo pélvico. La clave es la constancia, y los resultados pueden ser realmente sorprendentes.
Cómo empezar con los ejercicios de Kegel
Primero, necesitas identificar los músculos correctos. Un truco fácil es intentar detener el flujo de orina a mitad de camino; los músculos que usas para hacer esto son los que necesitas trabajar. Pero cuidado, no conviertas este truco en un ejercicio regular, ya que puede causar problemas a largo plazo. Una vez que hayas localizado los músculos, la idea es contraerlos durante unos segundos, como si estuvieras intentando detener el flujo de orina, y luego relajarlos. Al principio, puedes empezar con series de 10 repeticiones, tres veces al día. A medida que te vuelvas más fuerte, puedes aumentar la duración de las contracciones y el número de repeticiones.
Otras opciones
Algo que a menudo se pasa por alto cuando se habla del suelo pélvico es la importancia de la relajación. Como cualquier otro músculo, el suelo pélvico también puede volverse demasiado tenso, lo que puede causar dolor y malestar. Por eso, además de fortalecerlo, es necesario aprender a relajarlo. La meditación, el yoga, y los ejercicios de respiración profunda pueden ser de gran ayuda para lograr un equilibrio adecuado.
Además, el uso de dispositivos como las bolas chinas para suelo pélvico puede ser de gran ayuda, especialmente en mujeres, ya que además de facilitar la realización de los ejercicios de fortalecimiento, proporcionan una estimulación extra que puede resultar placentera. Las bolas chinas se insertan en la vagina y, con el movimiento natural del cuerpo, provocan contracciones involuntarias de los músculos pélvicos, lo que contribuye a su fortalecimiento.