El Consejo de Ministros dará luz verde este viernes a un ambicioso paquete de energía y clima con el que pretende que la economía española entierre los combustibles fósiles a largo plazo al aportar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, y que está formado por el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, y la Estrategia Nacional de Transición Justa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó ese paquete el miércoles en un acto en Madrid donde estuvo arropado por las ministras Isabel Celaá (Educación y Formación Profesional, y portavoz), Teresa Ribera (Transición Energética), Reyes Maroto (Industria, Comercio y Turismo) y Magdalena Valerio (Trabajo, Migraciones y Seguridad Social), y al que acudieron destacados representantes empresariales del sector energético y líderes de organizaciones ecologistas.
El primer elemento del paquete es el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que quedará sin efecto porque el Gobierno no lo enviará siquiera al Congreso de los Diputados. Las Cortes Generales se disolverán el próximo 5 de marzo.
Para el Ejecutivo, este anteproyecto legislativo sería el ‘paraguas’ de las medidas para la transición hacia una economía menos contaminante y ofrecería certidumbre a los inversores con objetivos de reducción de emisiones de CO2 para 2030 y 2050 (a mediados de siglo la economía española sería neutra en carbono), de eficiencia energética y de impulso de las energías renovables, que llegarían al 100% del sistema en 2050.
Además, el texto limita la explotación de hidrocarburos y reduce los subsidios a los combustibles fósiles, al tiempo que se alinea con la estrategia de la Comisión Europea para que el parque de automóviles se renueve paulatinamente con modelos de menores emisiones, para culminar en el año 2040 con vehículos sin emisiones de CO2.
300.000 NUEVOS EMPLEOS
Por otro lado, el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima precisa cómo se realizará esa transición hacia un modelo económico sin emisiones. El Gobierno lo remitirá a la Comisión Europea con retraso, después de que el Ejecutivo comunitario permitiera a España y Luxemburgo enviar el documento más tarde de la fecha tope del pasado 31 de diciembre.
Bruselas contestará a España sobre la idoneidad del Plan y será el Gobierno que salga de las urnas del próximo 28 de abril el que aprobará definitivamente este instrumento, clave porque si la Ley de Cambio Climático y Transición Energética es el qué, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es el cómo en cuanto a la reducción de emisiones contaminantes para que España sea climáticamente neutra en 2050.
Las medidas del plan supondrían movilizar alrededor de 200.000 millones de euros en inversión pública y privada durante la próxima década, además de la creación de 300.000 nuevos empleos vinculados a servicios, industria y construcción.
En este sentido, las energías renovables tendrán un papel protagonista en la próxima década, de manera que se prevé que abarque un 20% de la energía total utilizada en España y un 42% en 2030, lo que ofrecerá oportunidades en las zonas rurales para luchar contra la despoblación.
Además, la mejora de la eficiencia energética y la transición asociadas a las renovables mejorará la balanza comercial española en 75.000 millones de euros acumulados por la menor dependencia del petróleo.
El tercer elemento del paquete de energía y clima es la Estrategia Nacional de Transición Justa, que tiene como finalidad no dejar a nadie atrás en los empleos, territorios y sectores económicos que vayan a verse afectados por el cambio hacia un modelo productivo menos contaminante.
Con el propósito de anticipar los efectos adversos que se pueden producir en algunos territorios, la Estrategia articulará la fórmula de los convenios de transición justa para apoyar las iniciativas económicas que se determinen como idóneas para los diferentes contextos socioeconómicos y laborales de las zonas afectadas.