El gigante alemán de la automoción, BMW, se ha visto obligado a reajustar a la baja sus expectativas financieras para el presente año después de detectar un problema en el sistema de frenos de algunos de sus modelos. La compañía con sede en Múnich ha tenido que retirar de la circulación varios de sus vehículos, lo que tendrá un impacto significativo en sus resultados.
Según ha informado la propia empresa, el margen operativo se estima que se reduzca hasta el 6%, muy por debajo del rango previo del 8% al 10%. No obstante, el flujo de caja libre en el segmento de automoción se prevé que supere los 4.000 millones de euros.
La crisis del proveedor Continental
Este nuevo revés para BMW también afecta de lleno a su proveedor Continental, que es el responsable del sistema de frenos defectuoso. La empresa germana de autopartes está atravesando una crisis importante, lo que la ha llevado a considerar la posibilidad de escindir su negocio de piezas de automóviles para convertirlo en una compañía independiente.
Continental, que registró una facturación de 20.300 millones de euros el año pasado, busca «aprovechar al máximo» el potencial de crecimiento y valor actual de la empresa con dos cotizadas diferenciadas. La división ‘Automotive’ cuenta con unos 102.400 empleados y ofrece tecnología de seguridad, sistemas de frenado y soluciones de conducción autónoma, entre otros servicios.
El impacto en la bolsa
Las acciones de BMW se han desplomado en la Bolsa de Fráncfort casi un 9%, el mayor retroceso intradía desde marzo de 2022. Por su parte, los títulos de Continental también se han visto afectados, cayendo un 7,8%.
Esta crisis pone de manifiesto la importancia de la cadena de suministro y la necesidad de garantizar la calidad de los componentes en la industria automotriz. BMW ha tenido que lidiar con el impacto de un problema en un elemento clave como el sistema de frenos, lo que ha repercutido directamente en sus resultados y en la confianza de los inversores.
La compañía ha informado que está examinando si las reparaciones necesarias se pueden realizar mediante una actualización de software o si requerirán la presencia en los talleres. En cualquier caso, la llamada a revisión debería concluir a lo largo de este año, aunque no descartan que los trabajos se prolonguen hasta 2025.
Este episodio evidencia los desafíos que enfrentan los fabricantes de automóviles en un entorno cada vez más complejo y exigente, donde la calidad y la fiabilidad de los componentes juegan un papel fundamental en el éxito y la rentabilidad de las marcas.