Si alguna vez has visto unos cables negros atravesando la carretera y te has preguntado qué son o para qué sirven, no eres el único. A simple vista, pueden parecer parte de una obra o incluso algún tipo de radar, pero su función va mucho más allá. Estos cables juegan un papel crucial en el control y la mejora de la seguridad vial. Colocados estratégicamente por la Dirección General de Tráfico (DGT), ayuntamientos o comunidades autónomas, permiten recopilar datos clave sobre el tráfico vehicular, ayudando a mejorar las infraestructuras y reducir accidentes. A continuación te contaremos todo lo que debes saber de estos llamativos dispositivos.
1DGT: ¿Qué son los cables negros que atraviesan la carretera?
Los cables negros que atraviesan la carretera son, en realidad, tubos neumáticos que cumplen una función vital para las autoridades viales. Estos tubos, de aproximadamente tres centímetros de diámetro, se colocan temporalmente sobre la calzada con el objetivo de controlar y analizar el tráfico que circula por una determinada vía. Gracias a ellos, la DGT y otros organismos competentes pueden obtener información valiosa sobre la cantidad de vehículos que transitan por un área específica, identificar patrones de congestión y evaluar posibles riesgos.
Estos cables permiten realizar un seguimiento exhaustivo del tráfico sin necesidad de desplegar agentes de la DGT o personal especializado. La ventaja principal es que, al ser discretos y apenas perceptibles para los conductores, no causan distracciones ni alteran la conducción, evitando así el efecto «acordeón» o el «efecto mirón», que suelen generar retenciones innecesarias. Su instalación es rápida y su impacto en la carretera mínimo, pero los datos que proporcionan son esenciales para mejorar las infraestructuras viales y garantizar la seguridad en las carreteras.