A veces se juntan en un solo espacio los problemas denunciados por la derecha y la izquierda, como ha ocurrido este verano en Lavapiés. Es que mientras que la izquierda recuerda lo costoso que se ha hecho alquilar en el barrio en los últimos años, señalando la abundancia de viviendas de uso turístico como uno de los principales motivos la derecha asegura que entre los narcopisos y la falta de presencia policial se ha vuelto una zona insegura. Lo que es cierto es que durante los meses de verano los turistas han sido las víctimas favoritas de la delincuencia en la zona.
Es que para quien camina por el barrio, sobre todo en la noche, ya el escuchar algún turista sin ningún conocimiento del español no es una novedad. Pero estos, además de estar más distraídos que los vecinos que conocen las luces y sombras de la zona, son también blancos que suelen tener efectivo o suficiente poder adquisitivo para que valga la pena arrebatarles el teléfono. Es una situación delicada que manejada de forma incorrecta puede tener un efecto directo en la imagen de toda la ciudad.
Lo cierto es que esto ha hecho que aumente la presencia policial, y que se vean mucho más seguido redadas en zonas como la Plaza de Tirso de Molina. Al mismo tiempo, la presencia, indiscutible, de una gran cantidad de migrantes en la zona hace que los vecinos no se sientan demasiado cómodos con su presencia. Al mismo tiempo, su ausencia no hace más que empeorar la situación y aunque ahora la zona vuelve a su situación normal, lo cierto es que la suma de problemas demuestra una difícil realidad en la zona.
Lo cierto es que las medidas aplicadas en el pasado no han funcionado del todo. La videovigilancia, que acumula 65 cámaras en toda la zona, ha servido para controlar del todo la situación en zonas como la plaza de Tirso de Molina o la de Arturo Barea, así como la calle Sombrerete son los puntos con más reportes de este tipo. A la lista se sumaba la plaza Nelson Mandela hasta el año pasado, cuando se desalojó el edificio okupado ‘La Quimera’.
TÉCNICAS FAVORITAS PARA CAZAR PRESAS FÁCILES
Como lo reportan en Telemadrid hay algunas técnicas que los ladrones en Lavapiés aplican para atrapar lo que consideran «presas fáciles». Desde el típico ojeador que revisa los datos que un usuario introduce en el cajero del banco, pasando por el nuevo ‘Ronaldinho’, que consiste en usar una pierna para derribar a quien pretende robar. En general se trata de aprovechar el poco conocimiento que los visitantes tienen de la zona.
El próximo evento que atraerá visitantes externos a la zona, el festival de cañas Tapapiés, un evento anual que invita a conocer los diferentes bares y ofertas gastronómicas de la zona. Lo cierto es que a pesar del mayor movimiento en la zona por estos eventos, estos también se traducen en una mayor presencia policial.
PICOS DE PRESENCIA POLICIAL QUE NO RESUELVEN EL PROBLEMA EN LAVAPIÉS
Lo cierto es que cuando hay un caso suficientemente mediático, como el asesinato de Concha, dueña de la sastrería Vistebien o bien en momentos como las recientes fiestas de San Cayetano y La Paloma, la presencia policial en la zona aumenta. Sin embargo, en lo que los policías se alejan se retoma el problema. Es cierto que hasta cierto punto es inevitable que el centro de una gran urbe como Madrid deba lidiar con estas situaciones, pero los últimos años en Lavapiés el problema se ha hecho especialmente complicado de manejar.
Al mismo tiempo, es importante no generar prejuicios alrededor del barrio. Es uno de los más antiguos de la ciudad y espacios como el mercado de San Fernando siguen siendo espacios importantes dentro de toda la misma. Se suma la presencia de la Tabacalera, actualmente en remodelación, y la cercanía con el museo Reina Sofía o la estación de Atocha siguen haciendo que sea parte de la ruta de una gran cantidad de turistas, y una zona en la que los residentes tienen acceso al resto de la ciudad.
