Andalucía establece normas para los cotos de caza y restringe el número de piezas por cazador y jornada

La Junta de Andalucía ha dado un importante paso en materia de regulación de la caza al aprobar un nuevo decreto que establece las condiciones sanitarias que debe cumplir la carne de caza para el consumo humano en la región. Este decreto, que entra en vigor en los próximos meses, busca modernizar la normativa vigente y adaptarla a los últimos cambios legislativos a nivel nacional y europeo.

La nueva normativa, que consta de 27 artículos, una disposición adicional, una transitoria, una derogatoria y dos finales, aborda diversos aspectos clave relacionados con la higiene y los controles sanitarios de la carne de caza, tanto para su comercialización como para el autoconsumo. Además, introduce algunas novedades relevantes que tendrán un impacto significativo en el sector cinegético andaluz.

CENTROS DE RECOGIDA DE CAZA: UNA NUEVA VÍA DE NEGOCIO

Una de las principales novedades de este decreto es la adopción de la figura de los centros de recogida de caza, establecimientos registrados o autorizados donde se reciben las piezas de caza tras un primer examen en el campo. Estos centros se encargarán del almacenamiento frigorífico de las piezas hasta que se organice su traslado a otros establecimientos de manipulación.

La creación de estos centros abre una nueva vía de negocio en el sector de la caza, ya que cualquier persona física o jurídica podrá realizar esta actividad, ya sea de manera primaria (recogiendo directamente del campo) o secundaria (recibiendo piezas de otros centros). Esto no solo supone una oportunidad empresarial, sino que también puede mejorar las condiciones de higiene de la caza al permitir la aplicación del frío de manera más oportuna.

Además, el decreto limita a dos piezas por cazador, coto y día las que pueden ser informadas antes de ser entregadas a un establecimiento, atendiendo a las solicitudes del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios y lo establecido en el Real Decreto de 2020. Esta medida tiene como objetivo mantener un mayor control sobre la trazabilidad de la carne de caza.

FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACIÓN DEL SECTOR

Otro aspecto relevante de la nueva normativa es la simplificación de la formación requerida a los veterinarios autorizados para realizar actividades relacionadas con la caza. Anteriormente, el requisito formativo era más exigente, pero ahora se centra únicamente en aquellos conocimientos que aportan un mayor valor añadido a las actividades de protección de la salud.

Además, el decreto incorpora a los guardas de coto como personas cazadoras formadas, atendiendo a la propuesta de las sociedades de cazadores. Esta medida busca reconocer la capacitación de estos profesionales y facilitar su participación en el proceso de control y trazabilidad de la carne de caza.

En paralelo, la nueva normativa establece la posibilidad de enviar piezas de caza a cotos no colindantes para la realización del primer examen, atendiendo a las reclamaciones de la Federación de Caza y de algunos titulares de cotos locales en la provincia de Huelva. Esta opción, sin embargo, se limita exclusivamente a la caza social.

ADAPTACIÓN A LAS NUEVAS NORMATIVAS NACIONALES Y EUROPEAS

El nuevo decreto de la Junta de Andalucía es, en gran medida, continuista con el decreto anterior de 2018, pero incorpora las novedades introducidas por el Real Decreto de 2020, que regula y flexibiliza determinadas condiciones de aplicación de las disposiciones de la Unión Europea en materia de higiene de la producción y comercialización de los productos alimenticios.

Asimismo, la nueva normativa se adapta a las exigencias del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo, que si bien no afectan directamente a la materia de caza, sí inciden en el control oficial de los establecimientos de manipulación de caza, que es el destino final de la mayoría de las piezas cobradas en el campo.

En resumen, el nuevo decreto de la Junta de Andalucía representa un importante avance en la regulación de la caza en la región, modernizando la normativa, adaptándola a los últimos cambios legislativos y buscando mejorar las condiciones de higiene y trazabilidad de la carne de caza. Estas medidas, sin duda, tendrán un impacto significativo en el sector cinegético andaluz, ofreciendo nuevas oportunidades de negocio y profesionalización.