Un joven tejano de 24 años ha fallecido como consecuencia de las heridas provocadas por la explosión de su cigarrillo electrónico. El dispositivo le estalló en laboca, le perforó una arteria carótida y le provocó un derrame cerebral, tal y como confirmaron los médicos.
William Brown, de Fort Worth (Texas, Estados Unidos) se encontraba el pasado 27 de enero en el estacionamiento de una tienda de cigarrillos electrónicos cuando el vapeador estalló. El gerente del comercio dijo que la victima no compró nada y que había preguntado sobre la forma de utilizar el aparato, tal y como adelantó ‘CBS DFW’
Fort Worth Man Killed After Vape Pen Explodes https://t.co/Du31EmOZ5q
— CBSDFW (@CBSDFW) 5 de febrero de 2019
Brown fue trasladado de urgencia a un centro hospitalario donde los facultativos le indujeron al coma. Su familia, asegura que los médicos del JPS Patient Care Pavilion sabían que su hijo tenía un cigarrillo electrónico incrustado en la garganta, pero que nunca le operaron. Brown falleció dos días después.
Para la abuela del fallecido, los médicos actuaron de manera negligente. «Atravesó su labio y se lo cortó». «Esa cosa de tres piezas entró en su garganta y se quedó allí, y eso es lo que (los médicos) deberían haber sacado tan pronto como llegaron al hospital, y decidieron esperar hasta el lunes o el martes», protestó la mujer.
En una declaración, JPS Health Network expresó sus condolencias, pero dijo que no podía comentar nada sobre la muerte de Brown.
«Nos mantenemos en los más altos estándares en la prestación de atención médica de alta calidad y tomaremos en serio las preocupaciones de la familia mientras revisamos todo lo que ocurrió», aseguró