¿Sueñas con tener toallas tan suaves y esponjosas como las de los hoteles de cinco estrellas? Afortunadamente estan los trucos de la abuela, no necesitas gastar en productos caros ni cambiar de toallas constantemente. La solución está en un simple ingrediente que probablemente ya tienes en tu casa: ¡vinagre blanco! Este truco casero es la clave que las abuelas han usado por años para mantener las toallas suaves y frescas. Aquí te contamos cómo hacerlo, con tres formas distintas de aprovechar sus beneficios para que tus toallas queden como nuevas.
1Limpieza profunda y sin residuos
Uno de los problemas más comunes con las toallas es la acumulación de residuos de detergente y suavizante que las endurecen. Para una limpieza en profundidad que deje las fibras completamente limpias, la clave está en reemplazar el suavizante convencional por vinagre blanco. Añade media taza de vinagre en el ciclo de enjuague de tu lavadora. Este truco eliminará por completo los restos de detergente y dejará tus toallas limpias, suaves y listas para un secado eficiente.
Las toallas pueden acumular humedad y olores persistentes con el tiempo, especialmente si no se secan completamente después de cada uso. Para deshacerte de esos olores molestos, sumerge tus toallas en agua caliente con una taza de vinagre blanco durante una hora antes de lavarlas normalmente. El vinagre actuará como neutralizador de olores y, al mismo tiempo, ayudará a eliminar bacterias, dejando tus toallas frescas y limpias.
Veamos a continuación más trucos para recuperar la suavidad de la ropa y la esponjosidad de las toallas.