Mientras en su día a día enfrentan la Ley Rider Glovo, al igual que competidores como Uber Eats y Catcher, han aumentado sus filtros para evitar que haya riders que usan las cuentas de forma ilegal. Pero es un problema que todavía deben asumir como parte de su rutina, y uno que a pesar de los intentos de las plataformas, los propios repartidores creen que se permite con tal de mantener un alto número de repartidores, sin embargo, es evidente que se está haciendo lo posible para evitar el funcionamiento de estas cuentas ilegales, y esto ha generado que haya negocios paralelos.
Uno de ellos es un grupo de cuentas de Instagram que, supuestamente, prestan servicios a los usuarios que tienen cuentas bloqueadas o bien que quieren crear una cuenta en servicios como Glovo sin cumplir con los tiempos de espera típicos de este servicio. Es una práctica relativamente nueva, el riesgo es que ya hay riders que han denunciado que estos supuestos hackers se quedan con sus datos, sin ayudar después al repartidor o bien que no hacen nada para avanzar los procesos tras cobrar lo que piden.
La propia Glovo ha confirmado a este medio que no solo no tienen conexión con estas cuentas y que el único canal para crear una cuenta de repartidor es su página web. Si bien hay exigencias que algunos riders no pueden cumplir, y existe el problema evidente de los tiempos de espera, la web oficial de las plataformas de reparto es la única forma segura y legal de hacer el registro. Además, que un repartidor que haya usado otros canales no tendrá ningún tipo de protección en caso de accidentes, problemas a la hora de una entrega o acusaciones provenientes de un restaurante o de un usuario tradicional por problemas con un pedido.
Aun con esa situación no es una sorpresa que esto ocurra alrededor de plataformas como Glovo o Uber Eats. La realidad es que el trabajo como rider no es la primera opción de la mayoría de quienes lo hacen. En la práctica, a pesar de los deseos de la plataforma de evitar esta situación, y de las varias estrategias que han aplicado para evitar los alquileres de cuentas ilegales, lo cierto es que estos repartidores son el rostro de un problema evidente en España en cuanto a la velocidad con que se regula la situación de migrantes que si toman riesgos con cuentas de Instagram y ofertas sospechosas es por otro tipo de problemas.
LOS NEGOCIOS PARALELOS DE LAS CUENTAS DE GLOVO
También es cierto que estas ofertas de hackers para abrir o desbloquear cuentas en Glovo o Uber Estas en la práctica no es más que otro de los negocios paralelos que se han creado alrededor de este tipo de plataformas. No es solo el alquiler de cuentas para ciudadanos que aún no tienen sus documentos al día, el principal dolor de cabeza de las plataformas de Delivery, sino que se suma la compra y venta de las mochilas, incluyendo la de plataformas que ya no operan en España como Deliveroo o Stuart, o de plataformas como Just Eat, que entregan directamente el material de trabajo y piden su devolución al terminar el trabajo.
En cualquier caso, Glovo ha hecho lo posible por combatir varias de estas situaciones, pero lo cierto es que dada la gran cantidad de repartidores que tiene cada una de estas, lo normal es que algunos de estos problemas se escapen de sus manos. De todos modos, siguen de cerca este tipo de casos, y es evidente que siguen intentando resolverlos, no solo por los problemas legales que les puede generar un repartidor que no tenga sus documentos de trabajo al día si no por qué es complicado hacer seguimiento de trabajadores que no están registrados en las aplicaciones.
LOS RIESGOS DE ESTAFAS DIGITALES CON LAS APLICACIONES
Otro punto clave a tener en cuenta, más allá del caso de Glovo, es la importancia de estar alerta con este tipo de ofertas. Para nadie es un secreto, lo fácil que es conseguir los datos de un usuario a través de estrategias de phishing, y apuntar por usuarios que están en una situación especialmente vulnerable, como los migrantes que buscan trabajo en una de las plataformas de delivery, es una estrategia que puede funcionar.
En cualquier caso, sobre todo por lo mucho que usamos las redes para comprar y vender objetos o bien para registrarnos en distintos espacios, es bueno evitar este tipo de usuarios. Esta situación demuestra un problema más allá de Glovo, y es un recordatorio de los peligros de todo tipo que enfrentan los migrantes en sus procesos de regulación.
