Sí, así es, nuestro ADN incluye en nuestras decisiones. Nuestros gustos y preferencias a menudo parecen ser el resultado de elecciones conscientes y racionales. Sin embargo, la ciencia ha revelado que nuestra genética juega un papel crucial en determinar lo que nos gusta y lo que no. Desde la comida que elegimos hasta nuestras inclinaciones políticas y románticas, nuestro ADN tiene una influencia mucho mayor de lo que imaginamos. Aquí te contamos cómo tu genética puede estar detrás de tu aversión al brócoli y tu pasión por la pizza, entre otras cosas.
1La influencia de los genes en tus preferencias alimenticias
Tu amor por la pizza o tu aversión a la ensalada no es solo cuestión de gusto personal. La genética tiene mucho que decir. Un gen específico, el TAS2R38, afecta tu percepción de los sabores amargos, como el que se encuentra en el brócoli. Si eres uno de esos «superdegustadores» que encuentran el brócoli intolerablemente amargo, tu ADN es el culpable. Este gen determina si ciertos compuestos en los alimentos se perciben como desagradables, lo cual puede influir en tus elecciones alimenticias de manera significativa. Así que, si alguna vez te has preguntado por qué no puedes soportar ciertas verduras, ya sabes que tus genes tienen algo que ver.