La Unión Europea (UE) ha impuesto recientemente aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, lo que ha generado una fuerte reacción por parte de China. Este movimiento de Bruselas tiene como objetivo proteger a la industria automovilística europea, que se enfrenta a un rápido crecimiento de la cuota de mercado de los fabricantes chinos en el sector de los vehículos eléctricos.
En este contexto, el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Comercio, Valdis Dombrovkis, ha expresado su confianza en que los líderes europeos respalden la medida y la conviertan en permanente a partir de noviembre.
Queja de China ante la OMC
China ha presentado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en respuesta a la decisión de la UE de imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos. Según ha informado el Ministerio de Comercio de China, Pekín considera que la conclusión provisional de la UE «carece de fundamento fáctico y jurídico» y «viola gravemente las normas de la OMC».
El gigante asiático ha instado a Bruselas a «corregir inmediatamente estos errores» para proteger la cooperación comercial y económica entre China y el bloque comunitario, y mantener la estabilidad de la cadena de suministro de vehículos eléctricos.
Apoyo de los Estados miembros y el impacto en el mercado europeo
En este contexto, el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Comercio, Valdis Dombrovkis, se ha mostrado confiado en que los Estados miembros respalden la medida y la conviertan en permanente a partir de noviembre. Según Dombrovkis, los países de la UE son conscientes de la necesidad de proteger la industria automovilística europea, ya que la cuota de mercado de los vehículos eléctricos de batería chinos está creciendo «muy rápidamente» en Europa, alcanzando el 11% a finales de junio de 2022, frente al 9% del año anterior.
Mientras tanto, los fabricantes de coches europeos que producen en China se han opuesto a los aranceles, mientras que las marcas asiáticas han pedido a Bruselas recalibrar sus medidas, lo que refleja la complejidad de la situación y los intereses contrapuestos entre los diferentes actores del sector.