La proliferación de pisos turísticos ilegales en Barcelona ha generado una fuerte respuesta del ayuntamiento, que está tomando medidas contundentes para abordar esta problemática. La capital catalana ha descubierto 75 pisos operando sin licencia en la primera quincena de julio. Aquí te contamos cómo está enfrentando la ciudad esta situación y cuáles son los planes a futuro para erradicar estas prácticas ilícitas.
La investigación intensiva y sanciones millonarias
El Ayuntamiento de Barcelona ha implementado campañas de inspección adicionales a las rutinas de control ya existentes para detectar pisos turísticos ilegales en la ciudad. Durante la primera quincena de julio, se inspeccionaron 134 alojamientos sospechosos de actividad ilegal, de los cuales 75 han sido confirmados como infractores. Ocho de estos fueron precintados, lo que demuestra una mano dura con este problema.
Para estos casos, se han iniciado procedimientos disciplinarios que pueden conllevar sanciones de entre 60.000 a 600.000 euros, en función de la gravedad de la infracción. Esta política de tolerancia cero busca disuadir a los propietarios de participar en actividades ilícitas y subraya el compromiso de la ciudad con la legalidad en el turismo.
Los problemas ocultos desvelados
La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, recalca que muchos de estos pisos ilegales están vinculados a mafias internacionales y redes organizadas que operan de manera masiva. De las 38 redes identificadas, 22 ya han cesado su actividad. Esto indica que el problema es estructural y requiere una acción coordinada para ser resuelto de forma eficaz.
Entre los pisos inspeccionados, 16 ya han cesado operaciones, en 23 no se pudo corroborar la actividad ilegal por dificultades de acceso, y en 20 no había turistas alojados en el momento de la visita. La lucha es complicada pero no imposible, comenta Bonet, quien destaca la importancia de los informes ciudadanos y los anuncios online como fuentes clave para iniciar las investigaciones.
La coordinación interinstitucional y estrategia de verano
La lucha contra los pisos turísticos ilegales no es solo una cuestión municipal, sino que involucra a diversas entidades. La colaboración con la Guardia Urbana, los Mossos d’Esquadra, Inspecció del Treball, el Incasòl y las agencias tributarias es fundamental para abordar el problema de manera integral.
La elección del verano para estas inspecciones no es casual; como explica Albert Tomàs, responsable de la Direcció de Serveis d’Inspecció, el objetivo era actuar simultáneamente en varias propiedades para evitar que se alertaran entre ellos. Estas medidas se enfocaron en zonas turísticas clave como Ciutat Vella, l’Eixample, así como en barrios más residenciales como Horta y Sant Gervasi.
Un mar de anuncios ilegales
Un elemento clave de la estrategia es atacar la raíz del problema: los anuncios ilegales en plataformas online. Se solicita la eliminación de estos anuncios y se imponen sanciones a los propietarios que no informen adecuadamente de la identidad de sus huéspedes. Además, se está desarrollando un método para cobrar la tasa turística a estos pisos no regulados.
Bonet resalta que en 2016 se identificaron hasta 6.000 pisos ilegales, mientras que actualmente se detectan entre 300 y 400 nuevos anuncios mensuales sin licencia. Este dato pone en manifiesto el tamaño del problema, pero también el progreso hecho en los últimos años gracias a las inspecciones regulares y la colaboración ciudadana.
El futuro de la regulación del turismo en Barcelona
El Ayuntamiento tiene previsto duplicar los recursos destinados a la inspección y control de estos pisos ilegales para el año 2025. En 2024, se han realizado ya 1.214 inspecciones y se han iniciado 491 procedimientos sancionadores. Esta proyección no solo apunta a una intensificación de la lucha, sino también a un compromiso renovado por parte de las autoridades locales.
Laia Bonet subraya que en Barcelona hay «tolerancia cero» para este tipo de actividades, y continuará liderando una campaña inflexible y contundente para mitigar el impacto negativo de estos apartamentos en la vida de los vecinos y el mercado de alquiler local.
El Ayuntamiento de Barcelona está mostrando un compromiso verdadero con la legalidad y sostenibilidad del turismo en la ciudad. Con medidas contundentes y una estrategia bien coordinada, se espera que el número de pisos turísticos ilegales continúe disminuyendo en los próximos años, restaurando la tranquilidad en los barrios afectados y asegurando un entorno más justo y regulado para todos.