Julio de 2024 ha registrado el tercer mayor número de ahogamientos en los últimos diez años en España, con un total de 93 muertes, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Este aumento coloca el mes pasado solo por detrás de julio de 2017 y 2019, que tuvieron 95 fallecimientos cada uno. Con una media de tres ahogamientos diarios, las cifras reflejan un alarmante incremento que requiere medidas preventivas urgentes.
El acumulado anual hasta finales de julio ha alcanzado los 291 fallecimientos, lo que representa un aumento de 42 muertes en comparación con el mismo periodo de 2023. Este incremento subraya la necesidad de implementar estrategias eficaces para reducir los ahogamientos y salvar vidas. La Comunidad Valenciana, Andalucía y Galicia han sido las regiones con mayor número de víctimas, con 46, 45 y 43 fallecimientos respectivamente, sumando casi la mitad de los casos totales en el país.
Las muertes por ahogamiento a menudo ocurren en playas sin vigilancia y en horarios del día que permiten una mayor afluencia de bañistas. Las campañas de concienciación deben resaltar la importancia de nadar en zonas vigiladas y respetar las normas de seguridad acuática. Además, es esencial promover el uso de dispositivos de flotación y reforzar la presencia de socorristas en áreas de alto riesgo.
La estadística revela que los hombres mayores de 55 años representan la mayoría de las víctimas, y el 50% de los ahogamientos ocurren en playas. Implementar programas específicos para la seguridad de los adultos mayores y garantizar una vigilancia adecuada en playas podría ayudar a reducir estos números. También es vital mejorar el acceso a información y formación sobre prevención de ahogamientos para todas las edades.
Datos alarmantes: regiones más afectadas
Hasta el 31 de julio de 2024, España ha contabilizado un total de 291 fallecimientos por ahogamiento. En cuanto a los datos específicos del mes de julio, se registraron 93 muertes, lo que convierte a este mes en el tercero más trágico de los últimos diez años en términos de ahogamientos. Esta cifra solo es superada por los meses de julio de 2017 y 2019, cuando se produjeron 95 muertes cada uno. En el periodo de enero a julio de 2024, se han contabilizado 42 muertes más en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que resalta un preocupante aumento en los casos de ahogamiento.
En julio de 2024, los ahogamientos de menores fueron significativos, con un total de 13 víctimas, repartidas entre distintas edades: cuatro niños de 0 a 3 años, dos de 4 a 6 años, dos de 7 a 10 años, y cinco de 11 a 17 años. Estos datos muestran que las muertes de menores representan el 8,59% del total de fallecimientos por ahogamiento en lo que va del año. Además, el perfil típico de las víctimas es predominantemente masculino (83,5%), de más de 55 años (58,76%), de nacionalidad española (84,19%) y, en muchos casos, se ha producido en playas sin vigilancia (43,64%).
Por comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana lidera con 16 ahogamientos mortales en julio, seguida de Andalucía con 13, y Galicia con 10. En Canarias, Cataluña e Islas Baleares se han registrado ocho muertes cada una. Murcia destaca por haber registrado cinco de las once muertes totales del año en el pasado mes de julio, mientras que en Castilla y León se produjeron siete de las quince muertes del año en ese mismo mes. La Comunidad de Madrid y Aragón también han visto un aumento significativo en los ahogamientos en julio.
Medidas claves para reducir los ahogamientos: estrategias efectivas para la seguridad acuática
Para la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo para reducir significativamente el riesgo de ahogamientos, es crucial mantener una vigilancia constante tanto en piscinas como en playas. Los padres deben supervisar a los niños de manera continua, incluso cuando están acompañados de otros adultos. En el caso de las piscinas, es fundamental que los adultos se metan al agua con los niños, en lugar de observar desde el borde. En las playas, la presencia de socorristas es vital para detectar posibles peligros, como las corrientes de resaca, y para intervenir rápidamente en caso de emergencia.
La educación en seguridad acuática debe comenzar desde una edad temprana. Enseñar a los niños a nadar adecuadamente y a reconocer los peligros del agua es una medida preventiva esencial. Los padres y educadores deben introducir a los niños a las habilidades básicas de natación y a la importancia de respetar las señales de advertencia en playas y piscinas. Además, se recomienda el uso de dispositivos de flotación aprobados, como chalecos salvavidas para niños pequeños, aunque siempre con la supervisión de un adulto.
Las corrientes de resaca representan un peligro significativo en las playas. Para prevenir ahogamientos causados por estas corrientes, es importante que los bañistas aprendan a identificarlas. Las corrientes de resaca suelen aparecer como zonas de agua más oscura y turbulenta, con menos olas en comparación con el resto del mar. Evitar nadar en estas áreas y seguir las indicaciones de los socorristas puede ayudar a minimizar el riesgo. En caso de ser atrapado por una corriente de resaca, es esencial mantener la calma y nadar en paralelo a la orilla para salir de la corriente.
Las piscinas privadas deben contar con medidas de seguridad específicas para prevenir ahogamientos. Instalar un vallado completo alrededor de la piscina es una medida efectiva para evitar que los niños pequeños accedan al área sin supervisión. Además, se debe evitar dejar juguetes u otros objetos flotantes que puedan atraer a los niños hacia el agua. Los propietarios de piscinas deben asegurarse de que el área esté cerrada cuando no haya supervisión activa, especialmente durante la noche.
En las playas, respetar las señalizaciones y advertencias de los socorristas es esencial para garantizar la seguridad acuática. Las banderas de colores indican el estado del mar: verde para condiciones seguras, amarilla para precaución y roja para prohibición de baño. Además, los bañistas deben evitar el consumo de alcohol antes de nadar, ya que esto puede afectar su capacidad para reaccionar adecuadamente en caso de emergencia. Es importante también evitar zambullidas en zonas desconocidas o con rocas.
En caso de presenciar un ahogamiento, la acción rápida es crucial. Si alguien está en peligro, alerta de inmediato a los servicios de emergencia o a los socorristas presentes. Mientras esperas ayuda, trata de lanzar un objeto flotante a la persona afectada para que pueda mantenerse a flote. Si estás en una corriente de resaca, guarda tus fuerzas y pide ayuda mientras te mantienes a flote. La rapidez en la respuesta y la correcta aplicación de técnicas de rescate pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de ahogamiento.