Una vez más, los taxis de Barcelona van a la calle a protestar contra el mal manejo que aseguran que AENA ha tenido de sus espacios en los aeropuertos. En sus más recientes declaraciones, la controvertida agrupación Élite Taxi ha asegurado que se preparan para volver a las calles a protestar por la falta de personal en el aeropuerto del Prat. La diferencia es que se han declarado en protesta durante todo el mes de agosto, y ha dejado claro que no avisaran de forma previa los días en los que realizaran actos de protesta.
Más allá del lenguaje bélico de la organización, las imágenes y testimonios evidencian el problema de personal en su espacio del aeropuerto. Además, ocurre en un momento en el que el mismo se encuentra cerca de su máxima capacidad debido a la temporada estival. Es uno de los grandes reclamos desde la organización que asegura que la mala organización termina castigando no solo la calidad del servicio para los usuarios, sino también su fuente de ingresos.
«Estamos hartos de tener que hacer el trabajo por la mala gestión de unos inútiles sin ninguna capacidad de controlar las empresas que se llevan los concursos y el dinero fresco y que buscan la rentabilidad a costa de recortes y precarizar al personal», aseguran desde la agrupación con la convicción de que la situación actual afecta al taxi. El día de ayer se empezaron a organizar para tomar acciones, aunque de momento no se dan detalles con la idea interna de que sean una sorpresa.
«Esta vez pediremos permisos para movilizarnos durante un mes entero todos los días cuando nos dé la real gana y sin avisar. Queremos que rueden cabezas o no habrá paz en el aeropuerto», sentencian desde la agrupación, es una nueva estrategia que muestra el desespero de los taxistas de la Ciudad Condal con la situación del aeropuerto. A esta pequeña crisis de transporte se suman las protestas en contra de la presencia de las VTC en la estación de Sants, donde Cabify quiso recordar que no pueden operar.
AENA SIGUE EN SITUACIÓN COMPLICADA CON LOS TAXISTAS
Lo cierto es que es una situación que ocurre tras varios cambios internos de AENA en cuanto a las empresas que operan varios de sus servicios en los grandes aeropuertos. En esa realidad, los taxis pueden ser solo la punta del iceberg, aunque como es comprensible para estos últimos en su prioridad, como para cualquiera al que le afecte directamente en su bolsillo.
Además, 2024 de momento se dibuja como un buen año para el turismo, lo que hace que para los taxistas sea un problema especialmente doloroso que el servicio del aeropuerto funcione a medias. El que un conductor deba hacer el trabajo de mover el equipaje o de organizar la fila hace que el proceso sea más lento, y aleja a turistas que sienten que el taxi pierde la inmediatez en ese tipo de circunstancias. Como lo expresan desde la propia Elite Taxi, esto termina afectando sus datos.
Sumado a problemas que habían denunciado más temprano en el año, como remodelaciones, la instalación de espacios para que los conductores pudieran comer, zonas de descanso y baños. Es un choque más entre los taxistas y las instituciones, que puede traducirse finalmente en una situación de tensión que termine afectando también a los usuarios y al turismo en una ciudad donde últimamente los propios residentes no se sienten cómodos con los visitantes, y que, por tanto, no puede darse el lujo de fallar en el aeropuerto.
LOS TAXIS Y LA PROTESTA PERMANENTE EN BARCELONA
Lo cierto es que los taxistas de Barcelona no dejan de tomar la calle cada vez que lo consideran necesario. Aunque esto por el momento los ha puesto en la mira de críticas, es una realidad que se debe asumir en la ciudad cuando se busca estabilizar al sector del transporte. De hecho, es evidente que esta belicosidad también ha permitido que hayan conseguido enfrentar a las VTC de forma más efectiva que en otras ciudades europeas. Aun así, también es evidente que la relación con ellos de parte de instituciones y empresas en ocasiones termina siendo bastante tensa.
En cualquier caso, es diferente a otras ciudades, como Madrid, donde la situación ha sido mucho menos tensa, pero donde no han podido evitar el crecimiento de las VTC como Cabify o Uber, que incluso han conseguido tener presencia publicitaria en el aeropuerto y las estaciones de la alta velocidad. Es una diferencia clave en cómo se manejan en Barcelona, y que explica la diferencia a la hora de lidiar con la realidad de AENA.