El mundo de la música clásica española ha perdido a una de sus figuras más prominentes con el fallecimiento del Maestro Miguel Ángel Gómez Martínez. El reconocido director de orquesta y compositor falleció de forma repentina e inesperada este pasado domingo 4 de agosto en Málaga, a la edad de 74 años. Su trayectoria, marcada por una intensa actividad internacional, lo convirtió en uno de los directores españoles más destacados a nivel nacional e internacional.
La Asociación Amigos de la Ópera de A Coruña ha lamentado profundamente la pérdida de este maestro, con quien mantuvo una estrecha y fructífera relación a lo largo de los años, participando en diversas temporadas líricas de la entidad.
Gómez Martínez fue el responsable de la dirección musical de algunas de las óperas más emblemáticas representadas por la Asociación, como «Eugenio Onegin» (2008), «Turandot» (2009), «Otello» (2010), «Rigoletto» (2011), «El castillo de Barbazul» y «Sour Angelica» (2015), y «Don Giovanni» (2019).
Una Carrera Excepcional en el Panorama Musical Internacional
Miguel Ángel Gómez Martínez nació en Granada en 1949 en el seno de una familia de músicos, lo que despertó su precoz vocación por la música. Comenzó a empuñar la batuta a los siete años y obtuvo el título de profesor de piano en el Conservatorio de Granada a los 13 años, convirtiéndose en el titulado más joven de la historia de la institución, una distinción que ha mantenido.
Después de sus estudios en España y en los Estados Unidos, Gómez Martínez completó su formación en dirección de orquesta en Viena, donde obtuvo el Premio Extraordinario del Ministerio de Ciencias de Austria, consolidando así su posición como una de las figuras más destacadas de la dirección orquestal.
Su debut como director tuvo lugar en 1973 en Austria, y un año después, en 1975, en España, en el marco del Festival de Música y Danza de Granada. A partir de ese momento, su carrera se desarrolló de forma meteórica, ocupando titularidades al frente de algunas de las más importantes orquestas y teatros de ópera, tanto a nivel nacional como internacional.
Un Legado Musical Excepcional
Entre 1976 y 1982, Gómez Martínez fue director titular de la Ópera de Viena, siendo posteriormente nombrado director invitado permanente de la institución. Más adelante, asumió la dirección titular de la Orquesta de RTVE (1984-1987) y la dirección musical del Teatro de la Zarzuela. También fue director titular de la Orquesta de Euskadi (1989-1993) y de la Orquesta de Valencia (1997-2004).
A nivel internacional, su trayectoria incluyó titularidades como la dirección general de música de Mannheim (1990-1993), la dirección artística y musical de la New Finnish Opera Helsinki (1993-1996), la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Hamburgo (1992-2000), la dirección general de Música del Teatro de Berna (2000-2004) y la dirección musical de la Orquesta del Festival de Pascua de Bayreuth.
Además de su reconocida labor como director, Gómez Martínez también incursionó en el terreno de la composición, destacando obras como las sinfonías del «Descubrimiento», compuesta con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, y del «Agua», así como la ópera «Atallah».
El fallecimiento del Maestro Gómez Martínez deja una profunda huella en el panorama musical español y europeo. Su excelencia en el podio, acompañada de una profunda comprensión y respeto por la música, lo convirtieron en una figura fundamental y referente en el ámbito de la ópera y la música sinfónica. La Fundación Internacional Gómez-Martínez, creada junto a su esposa, la doctora Alessandra Ruiz-Zúñiga Macías, se encargará de mantener y difundir su legado musical.