La Dirección General de Tráfico (DGT) ha anunciado la instalación de un nuevo radar de tramo en la Autovía del Cantábrico A-8, específicamente en el área de Saltacaballo, cerca de Castro Urdiales. Este dispositivo, que se espera esté plenamente operativo en septiembre, forma parte de una iniciativa más amplia para mejorar la seguridad vial en España. La noticia ha generado un considerable temor entre los conductores, no solo por la introducción de un nuevo sistema de control de velocidad, sino también por los cambios que conlleva en los límites de velocidad y en la manera en que se gestionará su implementación inicial. ¡Aquí te contaremos cómo funcionará este nuevo dispositivo!
1El nuevo guardián de la DGT: Detalles del radar que vigilará el Cantábrico
El nuevo radar de tramo que la DGT instalará en la Autovía del Cantábrico A-8 representa un avance significativo en las estrategias de control de tráfico en España. Este dispositivo, que se ubicará específicamente en la zona de Saltacaballo, en el municipio de Castro Urdiales, está diseñado para reemplazar dos radares puntuales existentes en el área. La decisión de optar por un radar de tramo en lugar de radares puntuales no es arbitraria; responde a una filosofía de seguridad vial que busca fomentar una conducción más constante y segura a lo largo de tramos extensos de carretera.
José Miguel Tolosa, delegado de tráfico en Cantabria, ha proporcionado detalles sobre la implementación de este nuevo sistema. Según sus declaraciones, aunque la infraestructura del radar comenzará a ser visible para los conductores durante el verano, no se espera que el dispositivo esté completamente operativo hasta el otoño. Esta fase de transición permitirá a los conductores habituales de la zona familiarizarse gradualmente con la presencia del nuevo sistema de control.
Una de las características más notables de este nuevo radar de la DGT es su capacidad para medir la velocidad promedio de los vehículos a lo largo de una distancia específica, en lugar de capturar la velocidad en un punto fijo. Este enfoque ofrece una evaluación más precisa y justa del comportamiento de los conductores, ya que considera la velocidad mantenida durante un tramo completo, en lugar de un instante puntual que podría no ser representativo de la conducción general.