Los resultados de las elecciones de Venezuela han generado dudas incluso en los aliados del chavismo. El primero, y el más contundente, fue el presidente de Chile, Gabriel Boric, pero poco a poco las declaraciones de figuras como Josep Borrell, Antony Blinken, secretario de estado de Estados Unidos, y los gobiernos de Brasil y Colombia han pedido que se publiquen los datos mesa a mesa de las elecciones Presidenciales del pasado domingo antes de aceptar la victoria del régimen de Maduro. De hecho, el chileno fue un poco más allá, asegurando que el resultado publicado en la madrugada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) son «difíciles de creer».
Son reacciones diferentes a las victorias históricas del chavismo. Usualmente, las figuras de la izquierda internacional suelen felicitarlos incluso antes del resultado, pero las denuncias de la oposición durante el día, que asegura que solo se le ha permitido acceso al 30% de los las actas de los centros de votación después que el propio CNE cortara la transmisión de resultados a los diferentes centros de votación y la impresión de los mismos. A esta hora, ni Edmundo Gonzales Urrutia ni la líder de la oposición, María Corina Machado, han aceptado el resultado informado por unas autoridades electorales cercanas al chavismo.
Pero parece que las dudas de la oposición esta vez han calado incluso en los socios históricos del chavismo en Latinoamérica. En el continente solo los han felicitado directamente desde Bolivia, Cuba y Nicaragua e internacionalmente han llegado felicitaciones desde Irán, aunque es de esperar que desde las embajadas de China y Rusia en el país latinoamericano haya declaraciones similares.
Es una división evidente, en la que España ha quedado a la mitad por su falta de contundencia, aunque el Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Jose Manuel Albares, ha expresado sus dudas, no ha tenido la contundencia de otros líderes de izquierda. Aun así, a esta hora, el único partido en España que ha aceptado el resultado venezolano es Podemos.
Pero incluso antes de poner en duda los resultados ya había señales de un proceso irregular. Desde testigos que no pudieron entrar a sus centros de votación, pasando por la «operación Morrocoy», que consiste en ralentizar los procesos en las mesas de votación y varias denuncias de violencia en algunos centros han hecho que se pida a la delegación de las Naciones Unidas que revise el proceso en profundidad para confirmar este tipo de denuncias. Pero sin duda el no permitir que la oposición acceda a las actas ha sido el principal punto de quiebre para los socios del chavismo.
UN RELATO ELECTORAL DIFÍCIL DE RESPALDAR PARA EL CHAVISMO
Como lo informó en sus redes el periodista especializado en el sistema electoral venezolano, Eugenio Martínez, incluso ignorando las quejas de la oposición, las publicaciones del chavismo. Primero que fueron anunciados antes de que fueran irreversibles, algo que viola la ley electoral en Venezuela, y segundo que fueron publicados de forma que no pudiesen ser auditables. A diferencia de la costumbre normal del CNE venezolano, no se han publicado los resultados por estados, ni por mesa electoral, los que los hace imposibles de auditar.
Esto ha hecho que sea tan incómodo, al menos en el corto plazo, darle la mano al chavismo. El problema es que este reconocimiento internacional, que les permitiría que se levantarán las sanciones restantes en el país y negociar más cómodamente a nivel internacional. Esperando por los próximos pasos de una oposición en una complicada situación, pues tras las experiencias anteriores, volver a la calle es complicado por la capacidad represiva del régimen que hasta ahora les ha servido para aguantar.
El siguiente paso parece ser conseguir todas las actas posibles y publicarlas para demostrar las inconsistencias con los datos anunciados por el órgano electoral. Dado el alto número de observadores internacionales a los que se les prohibió la entrada si el CNE quiere demostrar su fiabilidad, puesta en duda desde hace años, está en sus manos publicar los resultados por mesa.
EN ESPAÑA SÁNCHEZ MANTIENE EL SILENCIO SOBRE VENEZUELA
Aunque es evidente que ha enviado a Albares a lidiar con la situación, el silencio de Pedro Sánchez ha sido llamativo. Cuando otras figuras cercanas a él a nivel internacional, como los gobiernos de Colombia y Brasil o el propio Boric, han pedido que se publiquen los resultados por mesa de forma auditable es llamativo que el presidente no se haya sumado a estas voces, incluso si se debe a mantener una buena relación con algunos partidos de la coalición de Gobierno que tienen una mayor cercanía ideológica con el régimen de Nicolás Maduro.
Se suma a estas dudas la presencia permanente del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en los momentos complicados de Venezuela. Zapatero tampoco ha dado declaraciones desde que se anunciaron los resultados, ni siquiera para seguir la declaración del Ministro de exteriores.
En cualquier caso, el PP sí ha tomado la causa Venezuela como propia. Además del viaje de los miembros del Senado a Caracas que fueron devueltos por la dictadura, las declaraciones de figuras como Alberto Núñez Feijóo o Isabel Díaz Ayuso haciendo eco de los comentarios de la propia Maria Corina Machado.
LA FISCALÍA DE CARACAS PONE A MARIA CORINA EN LA MIRA
Mientras tanto, Tarek William Saab, el fiscal general de la República de Venezuela elegido a dedo por el chavismo, ha asegurado que Maria Corina Machado y Leopoldo López participaron en una conspiración para hackear los resultados desde Macedonia del Norte. Saab, como con las anteriores acusaciones contra Machado, López y demás figuras de la oposición, hizo estas declaraciones sin presentar prueba alguna del caso.
