Guardar la olla o cacerola con comida en el frigorífico es una práctica común en muchos hogares. Sin embargo, aunque parezca práctico, puede ser perjudicial para la salud y la calidad de los alimentos. Hoy, exploraremos tres razones clave por las que debes evitar esta costumbre y algunos consejos para almacenar tus comidas de manera segura.
1Riesgo de contaminación bacteriana
Almacenar comida en la olla en la que se ha cocinado puede provocar una refrigeración inadecuada. Si la comida se guarda caliente en el frigorífico, el calor retenido en el recipiente impide que los alimentos se enfríen rápidamente. Este enfriamiento lento permite que las bacterias patógenas se multipliquen rápidamente a temperaturas templadas, aumentando el riesgo de intoxicaciones alimentarias. La FDA recomienda enfriar rápidamente los alimentos para evitar que permanezcan en la «zona de peligro» (entre 4°C y 60°C), donde las bacterias proliferan más rápido.