El mayor retraso en los diagnósticos de VIH se da en los mayores de 50 años, según se desprende de un estudio realizado por el Centro Nacional de Epidemiología y los sistemas regionales de vigilancia epidemiológica.
Los resultados han sido presentados en el X Congreso Nacional del Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Gesida), que destacó que en 2017 se han notificado 3.381 nuevos diagnósticos de VIH, de los que 501 (14,8%) tenían 50 años o más.
Su mediana de edad fue de 55 años y predominaron los varones (82,2%). El 72,7% había nacido en España, y el modo de transmisión mayoritario fueron las relaciones heterosexuales (37,9%) seguido de las relaciones sexuales entre hombres (34,7%).
El 65,2% se diagnosticaron con menos de 350 células del sistema inmunitario y el 45,7% con menos de 200, es decir, en una situación en la que ya podrían haber desarrollado Sida.
Los autores de la investigación proponen en este sentido que las características diferenciales de los mayores de 50 con respecto a los más jóvenes deben ser tomadas en cuenta en el diseño de estrategias de prevención y diagnóstico precoz concretas.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social contabilizó 3.381 nuevos casos de infección por VIH en 2017 a través del sistema de información sobre nuevos diagnósticos, y se estima que actualmente viven en España entre 140.000 y 170.000 seropositivos.
La detección tardía sigue siendo un problema, ya que el 47,8% de los nuevos diagnósticos se hicieron cuando el virus ya había avanzado. Además, aumentó con la edad, desde un 36,5% entre los 25 y 29 años a un 65,2% en los mayores de 49 años.