Durante los meses de verano, cuando los niños y jóvenes disfrutan de más tiempo libre, el riesgo de que se expongan a contenidos y situaciones peligrosas en línea se multiplica. La falta de supervisión y la creciente dependencia de los dispositivos electrónicos pueden convertirse en un terreno fértil para los ciberdelincuentes, quienes aprovechan esta época del año para lanzar campañas cada vez más sofisticadas.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los padres y tutores es la capacidad de los menores para eludir los controles establecidos, ya sea mediante el uso de aplicaciones diseñadas específicamente para ocultar su actividad o a través de la explotación de las funciones de seguridad de los propios dispositivos. Esta problemática se ve agravada por el hecho de que los niños y adolescentes acceden a los dispositivos a edades cada vez más tempranas, lo que les permite desarrollar estrategias cada vez más avanzadas para burlar la vigilancia de los adultos.
Cómo los Menores Ocultan su Actividad Online
Una de las formas más comunes que utilizan los menores para navegar sin permiso de sus padres es el uso de sus propios dispositivos, aprovechando que estos suelen tener restricciones de contenido limitadas. Así, con solo conocer el patrón o número PIN, pueden acceder a servicios y aplicaciones que les permiten exponer información personal a extraños y consumir contenidos inapropiados para su edad, como temas relacionados con la violencia, el sexo o el lenguaje explícito.
Otra estrategia recurrente es el aprovechamiento de redes WiFi públicas, que carecen de las medidas de seguridad adecuadas y facilitan a los ciberdelincuentes interceptar datos sensibles y tomar el control remoto de los dispositivos de los menores. Además, los niños y jóvenes también utilizan cuentas alternativas y el Modo incógnito para ocultar su historial de navegación y participar en chats con desconocidos o visitar páginas web restringidas por sus padres.
Las Aplicaciones Bóveda: Una Amenaza Oculta
Uno de los recursos más preocupantes que emplean los menores son las aplicaciones bóveda, también conocidas como «vault apps». Estas herramientas, diseñadas para ocultar y securizar archivos, datos, mensajes y llamadas, se camuflan entre el resto de aplicaciones del dispositivo, dificultando su detección. Algunas de estas apps incluso se sincronizan para acceder a los archivos almacenados en el dispositivo o en el Chromebook, lo que les permite consumir contenidos no aptos sin necesidad de usar el Modo incógnito.
La Importancia de la Comunicación y el Monitoreo
Para hacer frente a esta problemática, es crucial que los padres y tutores demuestren un mayor interés por los hábitos y el uso que hacen los menores de sus dispositivos. Solo a través de una comunicación abierta y bidireccional, donde los niños y jóvenes se sientan cómodos para explicar cómo emplean las herramientas a su disposición, será posible neutralizar los riesgos a los que se exponen y prevenir futuros ataques. De esta manera, se podrá establecer un entorno de confianza y seguridad que permita a los menores disfrutar de las bondades de la tecnología de manera responsable y protegida.