Un sacerdote que estaba celebrando un bautizo dejó caer accidentalmente al bebé en el interior de la pila bautismal.
La ceremonia transcurría con normalidad ante la atenta mirada de los padres, padrinos y otros familiares, hasta que, en un descuido del cura, el bebé, como Obelix, cayó de bruces en el interior de la pila.