Al hablar de residuos industriales siempre pensamos en los más peligrosos, pero lo cierto es que estos suelen ser cartón, plástico, diferentes metales, etc. Con el fin de gestionarlos en el día a día, en los espacios industriales necesitan contenedores específicos, que en muchos casos también se adaptan para llevar a cabo tareas cotidianas como la preparación de pedidos.
Eficiencia en la manipulación con los contenedores basculantes
En las fábricas, almacenes, etc., se producen una gran cantidad de residuos como los plásticos, los cartones u otros dependiendo del sector. Aquí entran los contenedores basculantes, que están diseñados para que el transporte y la recolección sean sencillos mediante camiones.
Dentro se puede meter cualquier cosa que se vaya a desechar, no tienen por qué ser residuos, vaciando el contenedor sin apenas intervención de los trabajadores.
Eso los hace muy útiles en entornos industriales en donde se manejan volúmenes grandes de materiales pesados o peligrosos, pues se evitan accidentes laborales. Son estancos y se suelen fabricar en chapa de varios grosores, con capacidades que van desde los 150 a los 2000 litros.
Carros de transporte: movilidad y flexibilidad
Cuando entramos a una instalación industrial solemos ver a los trabajadores moviendo bultos y empleando carros de transporte para ello, los cuales están adaptados a los diferentes tipos de carga, algo que es sencillo al ser bastante simples.
Por ejemplo, en aquellos casos en los que se hace preparación de pedidos, muchos trabajadores llevan un carro que en realidad es una estantería con ruedas. Van dejando ahí los productos mientras recorren el almacén y los trasladan después a la zona de preparación.
Otro tipo de carro es el que se ha diseñado para las puertas y los tableros. Con él, en las empresas que se dedican a elaborar puertas o trabajan la madera, se transporta la materia prima o el producto final sin dañarlo y sin esfuerzo.
Contenedores de residuos para una gestión eficiente y sostenible
Las empresas tienen que hacer todo lo posible con el fin de disminuir el impacto ambiental, de manera que para ello emplean contenedores de residuos de diversos tipos, siempre dependiendo de lo que vaya a ir en su interior y por eso algunos son estancos.
Los residuos industriales pesados suelen ir en contenedores metálicos muy sólidos. Dentro de esta clase de desechos entran incluso los que se conocen como APQ, que vienen de los productos químicos que presentan algún riesgo.
No en todos los lugares de trabajo se dan esa serie de residuos, de manera que a veces basta con un simple soporte metálico hecho con tubos en los que se coloca una bolsa de basura. En la categoría también entran los contenedores de aceites domésticos, los cuales vemos ya hasta en la localidad más pequeña.
Con ellos, se consigue que los aceites de la cocina no terminen en los desagües ni en las depuradoras, contaminando el agua y creando atascos. Su apariencia es muy sencilla. Van cerrados con llave y solo tienen una tapa en la parte superior, por la cual se deja el aceite en botellas de plástico.