Consejeros del Banco Central Europeo dudan del proceso de desinflación

El Banco Central Europeo (BCE) ha enfrentado un debate interno sobre la política monetaria en sus últimas reuniones. Si bien la decisión final de bajar los tipos de interés en 25 puntos básicos fue adoptada, el resumen de la reunión revela una postura disidente dentro del Consejo de Gobierno. Este artículo analiza las consideraciones y discusiones que tuvieron lugar en el seno del BCE antes de llegar a dicha determinación.

Las Voces Discordantes en el Seno del Banco Central Europeo

Durante las deliberaciones del Consejo de Gobierno del BCE, algunos miembros expresaron sus dudas sobre la decisión de recortar los tipos de interés. Estos consejeros argumentaron que los datos disponibles desde la última reunión no habían aumentado la confianza en que la inflación convergiría al objetivo del 2% para 2025. Por el contrario, señalaron que las perspectivas apuntaban a una mayor incertidumbre.

Estos miembros advirtieron que el crecimiento de los salarios había sorprendido al alza y que la inflación parecía ser más rígida, principalmente debido a la inflación de los servicios. Además, indicaron que el ritmo de la desinflación interna se había sobreestimado en el período reciente y que el crecimiento de los salarios también se había fortalecido.

Asimismo, estos consejeros señalaron que las proyecciones del personal técnico para la inflación general y subyacente para 2024 y 2025 se habían revisado al alza en comparación con las de marzo, mientras que el retorno previsto de la inflación general al objetivo del 2% se había pospuesto hasta el último trimestre de 2025. Por lo tanto, advirtieron que cualquier retraso adicional en volver a alcanzar la meta de inflación podría hacer más difícil seguir anclando las expectativas de inflación en el futuro.

La Decisión Final y sus Implicaciones

A pesar de estas voces discordantes, la decisión final del Consejo de Gobierno fue bajar los tipos de interés en 25 puntos básicos, tal como había propuesto el economista jefe, Philip Lane. Sin embargo, el resumen de la reunión indica que esta decisión se tomó «a pesar de las reservas formuladas» por algunos miembros.

Según el documento publicado, uno de los consejeros expresó su oposición a la decisión, argumentando que los datos recibidos y los riesgos al alza para la inflación no respaldaban el argumento a favor de un recorte de tasas. Además, advirtió que una desvinculación de la trayectoria de las tasas de interés estadounidenses conllevaría el riesgo de aumentar las presiones inflacionarias a través de los efectos del tipo de cambio.

En conjunto, el resumen de la reunión refleja un debate mucho más intenso y una posición más dividida dentro del Consejo de Gobierno del BCE de lo que había sido común en el pasado. Estas divergencias en la toma de decisiones ponen de manifiesto la complejidad y los desafíos que enfrentan los responsables de la política monetaria en un entorno económico incierto y cambiante.