Un anciano de 87 años publicó un anuncio en la página de contactos el diario catalán ‘Regio‘ a través del cual buscaba una mujer para entablar amistad: «Señor mayor desea amistad con señorita hasta 37 años, no fumadora, buena presencia, sensible, amante naturaleza. Dejo herencia», rezaba el aviso.
Ese mismo día, Alberto, el anunciante residente en Manresa (Barcelona), recibió las llamadas de varias candidatas y, de entre todas ellas, eligió a una mujer cubana.
«Tiene 38 años, es cubana, divorciada y con dos hijos. Me ha dado muy buena impresión, es una chica seria que vive con su madre. Hemos quedado en vernos el próximo fin de semana y conocernos más», explicó Alberto, tal y como se recoge en ‘El Confidencial‘.
«El trato es que nos tenemos que casar porque yo quiero estabilidad. Quiero una relación normal, tener compañía y que me cuiden. También tengo mis necesidades. Si no me lo da, tendré que buscar a otra persona», matiza el autor.
La mujer cubana conoce el patrimonio de Alberto: un piso en el centro de Badalona, una finca y una casa en en Castellnou de Bages (Barcelona).
«El piso y la finca valen más de 400.000 euros. En metálico no hay mucho, he trabajado toda mi vida en la banca y he sido siempre de invertir. También hay que sumarle la pensión de viudedad, yo ahora cobro 1.800 euros de jubilación», continúa el interesado que también renegó de sus más allegados
«Por desgracia, tenía un apartamento en la playa pero se lo di en herencia a mis hijos cuando falleció mi esposa y lo malvendieron. Es lo único que les voy a dejar porque se han portado fatal conmigo y con mi familia».