La Unión Europea ha dado un paso adelante en su lucha contra las prácticas comerciales desleales de China, imponiendo aranceles provisionales de hasta un 37,6% a la importación de coches eléctricos de batería desde el gigante asiático. Esta medida, que entra en vigor este 5 de julio, busca frenar el dumping de los fabricantes chinos, que se benefician de subvenciones estatales consideradas «desleales» por Bruselas.
¿Por qué la UE ha decidido imponer aranceles?
La Comisión Europea abrió una investigación formal en octubre de 2023 por subvenciones anticompetitivas tras detectar un incremento significativo en las importaciones de coches eléctricos chinos. La investigación, con un plazo de 13 meses, ha determinado que los fabricantes chinos se benefician de subvenciones estatales que les permiten ofrecer sus vehículos a precios más bajos que sus competidores europeos, generando una ventaja desleal en el mercado.
Aunque algunos países como Alemania y Suecia han mostrado reticencias, la mayoría de los Estados miembros, entre ellos España y Francia, apoyan la medida, que se considera necesaria para proteger el sector automotriz europeo y evitar que la competencia desleal de China provoque la pérdida de puestos de trabajo y la desindustrialización en el continente.
¿Cuáles son las consecuencias para los fabricantes chinos?
Los aranceles provisionales, que se suman al 10% de aranceles generales que ya se aplican a las importaciones de vehículos eléctricos, afectarán directamente a los fabricantes chinos como BYD, Geely y SAIC, que se verán obligados a pagar un precio más alto para exportar sus vehículos a Europa.
Geely y SAIC serán las más afectadas, con aranceles del 19,9% y 37,6% respectivamente, mientras que BYD se mantiene con un 17,4%. Los fabricantes que han colaborado con la Comisión durante la investigación se verán beneficiados con un arancel del 20,8%, mientras que el resto deberá pagar el porcentaje máximo.
Un conflicto que podría escalar
La imposición de aranceles ha generado una respuesta inmediata de China, que ha anunciado una investigación sobre el sector del porcino europeo en represalia. La Comisión Europea ha recordado a Pekín que debe seguir las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en cualquier acción que tome.
La UE tendrá cuatro meses para determinar si los aranceles se convertirán en definitivos. Si se confirma la naturaleza anticompetitiva de las subvenciones chinas, los Veintisiete deberán votar la propuesta de la Comisión. Si no se alcanza la mayoría necesaria, la Comisión podrá imponer los aranceles de forma unilateral.
La lucha por el mercado del coche eléctrico
La disputa entre la UE y China por el mercado del coche eléctrico es solo un capítulo más en la guerra comercial que se libra entre las dos potencias. La demanda global de vehículos eléctricos está en auge, y ambos bloques buscan posicionarse como líderes en este sector estratégico. La UE busca proteger su industria y sus puestos de trabajo, mientras que China busca expandir su mercado y aumentar su influencia global.