Las visitas son un elemento fundamental para el bienestar y la reinserción de los presos, sin embargo, para los presos políticos en España, este derecho se ha convertido en un arma de represión y exclusión. Un reciente comunicado de familiares y amigos de presos de ETA ha denunciado que se han denegado visitas a varios reclusos «por no compartir la línea oficial» de la Izquierda Abertzale y ser «partidarios de estrategias de confrontación».
Esta situación revela una preocupante tendencia por parte de las autoridades penitenciarias españolas de utilizar las visitas como un mecanismo para castigar a aquellos presos que no se alinean con la «línea oficial» impuesta por el Gobierno Vasco. Según los denunciantes, desde que la competencia penitenciaria fue traspasada al Gobierno Vasco, «decenas de peticiones han sido rechazadas con motivo de la ideología y actividad política del preso o solicitante».
El Objetivo: Generar Divisiones y Aislar a los Presos Políticos
Según los familiares y amigos de los presos, el objetivo de «este tratamiento excluyente» es «generar divisiones entre los presos y cortar la comunicación con la situación política del exterior». Es decir, se trata de una estrategia deliberada de aislamiento y castigo dirigida a aquellos reclusos que mantienen posturas críticas o disidentes con respecto a la línea política dominante.
Esta situación es particularmente preocupante, ya que las visitas son un derecho fundamental de los presos, y su negación puede tener graves consecuencias para su bienestar físico y mental. Además, el hecho de que estas medidas hayan sido avaladas por la Audiencia Nacional pone de manifiesto la complicidad de las instituciones judiciales en este proceso de exclusión y represión.
La Necesidad de Garantizar los Derechos de los Presos Políticos
Ante esta situación, los familiares y amigos de los presos han exigido al Gobierno Vasco, integrado por PNV y PSE, «que abandone las citadas medidas de excepción y exclusión», y han instado al resto de fuerzas políticas a «manifestarse firmemente en oposición a esta situación».
Es fundamental que las autoridades españolas y vascas reconozcan la importancia de garantizar los derechos de los presos políticos, incluido el derecho a las visitas, y que pongan fin a esta política de exclusión y represión. Solo así se podrá avanzar hacia una sociedad más justa y democrática, en la que todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias políticas, puedan ejercer sus derechos fundamentales sin miedo a represalias.