El sabor a menta es uno de los más característicos y recurrentes en las pastas de dientes. No es casualidad que la mayoría de nosotros asocie la frescura bucal con el mentol. Este aroma no solo mejora la experiencia del cepillado, sino que también cumple funciones importantes que van más allá del simple placer sensorial. A continuación, exploraremos las razones detrás de esta elección y cómo impacta en nuestra higiene bucal.
1El sabor a menta neutraliza el sabor de los compuestos químicos
Las pastas de dientes están compuestas por diversos químicos que ayudan a limpiar y proteger nuestros dientes, como el flúor, los agentes tensioactivos y los humectantes. Sin embargo, estos componentes suelen tener un sabor amargo y desagradable. Según el odontólogo y divulgador Simón Pardiñas, añadir sabor a menta a los dentífricos ayuda a neutralizar estos sabores no deseados, haciendo del cepillado una experiencia más agradable. Este aspecto es crucial, ya que una pasta de dientes con un sabor desagradable podría disuadir a las personas de mantener una buena rutina de higiene bucal.