La ciudad de Nueva York, Estados Unidos, acogerá este lunes el juicio por narcotráfico contra el mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias «El Chapo», líder del cártel de Sinaloa, y considerado por el gobierno estadounidense como un criminal «extremadamente peligroso».
Para ello, la ciudad de los rascacielos se ha blindado. Las autoridades han tomado diversas medidas para salvaguardar la seguridad de funcionarios, testigos, jueces, jurado y ciudadanos, entre ellas, las condiciones extremas del cautiverio del preso o su traslado hasta la Corte Federal de Brooklyn, lugar donde se desarrolla el proceso, tal y como informan diferentes medios locales.
Las responsables del dispositivo creen que ‘El Chapo’ podría utilizar sicarios para acabar con la vida de todos aquellos que puedan testificar en su contra. Hechos que desde la defensa niegan con rotundidad ya rechazan la idea de que su cliente suponga una amenaza para los testigos o el jurado.
Custodia
‘El Chapo’, de 61 años, permanece bajo custodia en el ala de máxima seguridad del Metropolitan Correctional Center de Manhattan, una de las prisiones más seguras del país.
Guzman pasa allí 23 horas al día, recluido en una celda de 18 metros cuadrados donde nunca se apaga la luz ni puede verse el exterior. Además, cualquier contacto con otro preso está terminantemente prohibido, así como salidas al patio o al exterior de la celda.
Sus abogados no tienen permiso para tocar al preso y tampoco recibe visitas de familiares y amigos
Medidas extremas durante sus traslados
El Puente de Brooklyn, mítico acceso a la Isla de Manhattan, permanecerá cerrado dos veces al día al público durante los desplazamientos del preso a la citada corte. Durante estos traslados, el reo estará custodiado por fuertes medidas de seguridad desde tierra y aire; un helicóptero policial supervisará el convoy en todo momento. Estas medidas se tomarán durante el tiempo que se extienda el proceso, en principio de 3 a 4 meses.
La Corte Federal estará custodiada por decenas de agentes armados y unidades caninas. Antes de llegar a la sala donde se celebra la vista, los visitantes deberán atravesar dos arcos de seguridad detectores de metales.